Gracias Tomás
Hemos llegado a un cierre de una etapa muy importante. El día de ayer fue mi despedida de prepa y por extensión, de mi escuela, el Tomás Moro Lomas. De los últimos catorce años de mi vida, trece de ellos los pasé en el Tomás (me fui a estudiar un año a Francia). Mi estancia en esta escuela ha sido de lo más gratificante que he vivido. No exagero al decir que el Tomás me hizo quien soy el día de hoy y quiero tomarme un momento para apreciar todo lo que esa frase (que es de lo más cliché) implica: somos el promedio de la gente que nos rodea y de lo que esa gente nos inspira a hacer. Siempre he opinado que no se les da suficiente crédito a los profesores que al final del día son la figura de autoridad más presente durante un tercio de nuestras vidas en un periodo de formación en el que somos sumamente influenciables y moldeables y en el que tenemos el mayor potencial. El hecho de que yo haya estudiado trece años en el Tomás implica que mis papás me decidieron meter ahí; que logré entrar y que me pude mantener adentro; implica que conocí gente que de cierta manera tuvo un impacto lo suficientemente positivo en mi persona para que tanto yo como mis papás, hayamos querido que me quedara; implica que prácticamente toda mi formación académica se construyó de acuerdo a un modelo si bien algo utópico en las bases, resulta muy útil y práctico en la teoría; implica que la gente que pasó a través de este reto conmigo, de una manera u otra, permanecerá en mí y en mi manera de ser. Fue en el Tomás que descubrí mi pasión por la Historia y fue en el Tomás que desarrollé mi gusto por la escritura. Fue en el Tomás que hice tantos proyectos de los que hoy me siento orgulloso y fue en el Tomás o al menos gracias al Tomás que conseguí tantas experiencias y recuerdos de valor inestimable. Y fue en el Tomás que conocí a tantas personas increíbles que tantas veces me hicieron sentir querido y escuchado
No todo fue color de rosas. También fue en el Tomás que hice miles de corajes y que conocí gente detestable pero de eso uno no se puede escapar. Lo importante es sacarle lo mejor a todas las situaciones, los aprendizajes a los momentos difíciles; aprender de todos aunque aprendas cómo no quieres ser; aprender a ver la vida con un poco de humor para pasarla el doble de bien.
Enseñar es dejar una huella en la vida de una persona y no puedo pensar en nadie que no me haya dejado su huella de alguna manera. Siento que mis maestros no reciben suficiente crédito por todo lo que hicieron por mí y por mis compañeros. Quiero aprovechar este espacio para agradecer a todos aquellos que, de una manera u otra, me enseñaron algo durante mi tiempo en el Tomás aunque esas enseñanzas no fueran siempre agradables. De algunos me acuerdo más que de otros y a algunos los recuerdo con más cariño que a otros pero no por eso dejan de ser importantes. Así que sin más, los créditos seguramente incompletos de esta película, de esta aventura que lamentablemente, llega a su fin:







Que lindos pensamientos... Tienes toda la razón. Hay tanto y tantos recuerdos... Te mando un gran abrazo, fue un honor ser tu tutora y compartir tantos momentos... Mucho éxito en tus siguientes aventuras. Abrazo
ResponderBorrarPalabras llenas de verdad, te extrañaremos muchísimo, sé y estoy segura que la vida te depara cosas maravillosas, te mando un fuerte abrazo.
ResponderBorrarMuchísimas gracias por sus comentarios. A donde quiera que llegue, será gracias a ustedes :) Les mando un abrazo.
ResponderBorrarPensé que iba a ser literal un texto a una persona, fue a muchas, está más bonito, que viva el Tomás
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