Mi primera semana en la UNAM


Estoy seguro que muchos de ustedes quieren saber qué tal me fue en mi primera semana de clases. Incluso es posible que yo, siendo el sangrón antisocial que soy, les haya compartido un link en vez de platicarles personalmente cuando ustedes todes buena onda, me preguntaron qué tal me había ido. Pues bien, para eso es esta entrada. Todo lo que pueden querer saber sobre mis primeros días en la universidad y en la carrera que desde hace mucho tiempo quería entrar.

Quiero empezar diciendo que me encanta la UNAM. Hasta hace menos de un mes, nunca había pisado Ciudad Universitaria (CU) y me fascina. De verdad, está genial. Está inmensa, hay muchísimo espacio y muchísima gente. Tiene jardines inmensos; tiene una alberca olímpica; tiene canchas de todo; tiene gimnasios al aire libre; una ciclopista y bicicletas que uno puede rentar sin costo con su credencial de estudiante; existe el Pumabus con 12 rutas que te transportan por toda Ciudad Universitaria sin costo alguno; en la facultad de Derecho hay una Porrúa; frente a Filosofía y Letras (filos), está la icónica e inmensa Biblioteca Central y el Estadio Universitario de los Pumas y hay pasillos donde venden comida y libros de segunda mano y cosas geniales; está Tu Tienda UNAM que es literalmente un supermercado en Ciudad Universitaria... Básicamente, hay todo. Y me encanta.

Ahora, hablemos de mis clases. Para que se den una idea, este es mi horario:

Además tengo mi optativa, Arte antiguo los jueves de 4 a 6 y estoy tomando una clase de ritmos latinos (salsa, bachata, merengue, etc.) los miércoles a la 1pm.

Bien, pues el lunes me fui bien tempranísimo, a las 11:30 para darme tiempo de encontrar dónde estacionarme y tener tiempo para ubicar mis salones. Y qué bien que lo hice. Verán, antes de que comenzaran las clases, yo había ido a CU para echar un ojo y había ubicado un estacionamiento en frente de mi facultad donde te cobran 10 pesos y puedes dejar ahí tu coche hasta las altas horas de la noche. Pensaba estacionarme ahí de nuevo. No contaba con que ahora que habían empezado las clases, ese estacionamiento, al igual que todos los que existen como ese, estarían completamente llenos. Bien, para no hacerles el cuento largo, una hora y media de estar dando vueltas por CU buscando un estacionamiento, decidí salir de CU y estacionarme en un estacionamiento público que estaba como a veinte minutos a pie de mi facultad, caro y además se quedaban con las llaves del coche. Definitivamente no era ideal, pero era lo que había y yo ya no tenía tanto tiempo. 

Me tomó una hora ubicar mis salones (Filos es grande, ¿okey?). Por suerte, me había dado cuatro horas y media de tiempo. Así que incluso después de perder una hora y media en encontrar estacionamiento, llegué una hora temprano a mi clase (la otra hora se fue en el trayecto desde mi casa y en caminar del estacionamiento a Filos). 

El martes estuvo mucho mejor. Para empezar, investigué un poquito. Resulta que uno se puede estacionar en el Estadio Universitario. Se necesita tramitar una tarjeta magnética para usar los estacionamientos del 1 al 5 y del 7 al 8 de manera gratuita pero el estacionamiento 6 tiene lugares y sale mucho más barato que el otro. Ahí me estacioné porque para tramitar la tarjeta magnética, necesitaba mi credencial de estudiante que me daban hasta el jueves. Sin esa preocupación en mente, me estacioné y ubiqué mis salones rápidamente así que me puse a explorar. Así fue cómo descubrí que venden churros afuerita de mi facultad, la Porrúa que hay en la facultad de Derecho, las clases de ritmos latinos y el gimnasio al aire libre. Yyyyy el martes hice amigues. Y eso me emocionó mucho. Como buen introvertido, tuve que ser adoptado por un grupito de extrovertides pero sucedió y fue genial. Y ahora tengo amigues. 

El miércoles me estacioné en Tu Tienda UNAM donde cobran todavía más barato el estacionamiento, tomé mi clase de ritmos latinos y fui a mis clases. Todo chido. Y me enteré que mientras pasa el trámite de la tarjeta magnética, me puedo estacionar gratis en el estadio.

El jueves, los de historia tomamos clases en el edificio anexo de Filos porque no cabemos todos en el edificio principal de la facultad. El tema es que el edificio anexo no está, como uno pensaría, junto a la facultad, no. El edificio anexo está atrás del estadio Universitario... Una hora me tomó encontrar al condenado. Pero tuve clase de Arte Antiguo que rápidamente se convirtió en mi favorita. Es una clase mucho más dinámica que se presta mucho más a la participación y la maestra abre el diálogo, hace preguntas y eso me gustó muchísimo.

El viernes tuvimos clase de Introducción a la Historia. ¡Qué clase tan más aburrida! Mis amigues llegaron tarde así que no se sentaron junto a mí y la doctora Pérez no paraba de hablar, de nuevo, de las lecturas del semestre y de por qué eran relevantes. Después de una hora de escucharla hablar, estaba tan harto que me puse a escribir de lo harto que estaba. Eso fue un problema porque mis amigues pensaron que estaba tomando notas y que me iban a poder pedir el apunte o al menos preguntarme de qué estaba hablando la señora... pero yo no tenía ni idea. Escribí lo siguiente en esa clase (que aplica también para mis clases de historiografía):

"Se habla de la soberbia de los jóvenes y estoy seguro que esta crítica no es más que otro caso del fenómeno antes mencionado, pero verdaderamente me cuestiono la eficiencia del método o mejor dicho la manera en la que son dadas las clases: esta dinámica en la que les profesores se paran, o peor aún, se sientan frente a un salón de clases, frente a sus alumnos y dan su cátedra sobre lo que va a transcurrir en el semestre y los trabajos que se van a realizar; sueltan una diarrea verbal sobre los textos que se van a leer y el tipo de análisis que se les dará. Y hablan. Hablan durante horas soltando información, inservible e invaluable por igual, de tal manera que para los estudiantes sea imposible distinguir. Tienen que mantener su atención sobre un adulto que habla sobre su verdad absoluta, exagerando en su importancia durante horas. Unos cuarenta jóvenes se ven obligados a sentarse en sillas incómodas, escuchando una diarrea verbal de cosas que no significan nada para ellos. No conocemos a estos autores, no sabemos de estos temas y e día que corresponda llevar a cabo estas lecturas, ya no recordaremos lo que se nos dijo inicialmente sobre ellos y será necesario que se nos repita. Pero lo que vuelve intolerable a esta anticuada metodología es lo poco interactiva que es. Quedarse sentados es tedioso, es cansado. Creo que es un claro síntoma de la poca capacidad de atención que tenemos causado probablemente por esta sobreexposición a tan inmensa e inmediata cantidad de información y siendo así, la raíz del problema es prácticamente imposible de atacar por lo cual, creo que son los profesores y las instituciones las que se tienen que adaptar a la juventud que está en constante cambio. Y lo más impresionante es que los profesores lo saben. Y algunos lo retoman y actúan al respecto. Hacen más preguntas, tratan de hacer la clase más dinámica, invitan e incitan la participación y cuando el alumno entiende (y más aún si tiene la oportunidad de participar), no se puede aburrir. Realmente no es tanto el cambio que se tiene que llevar a cabo."

Y ahí acabó la clase. Ahora, habiendo escrito eso, sí quiero decir que me está encantando ir a la universidad. Estoy aprendiendo sobre lo puritito que me gusta y no saben cómo extrañaba el ambiente académico. Estoy conociendo gente nueva, diferente y genial y están surgiendo oportunidades muy interesantes. Estoy muy feliz en la UNAM.










Comentarios

  1. Lamento la diarrea mandibular que vas a tener que soportar, solo puedo decir que lo demás será increíble.

    ResponderBorrar
  2. Todo pasará mas liviano si siempre compras y comes churros antes de entrar a clase.

    ResponderBorrar
  3. Me encanta la forma en que redactas tu experiencia. Te deseo muchas éxito en este comienzo.
    😘

    ResponderBorrar
  4. Me encantó la idea de los ritmos latinos🥳

    ResponderBorrar
  5. Bienvenido a la UNAM; excelente relato y sobretodo, recuerda que siempre puedes preguntar sobre cada lugar en elq ue vayas a tener clase (lo del anexo de filos es tremendo, pero existe una ruta de pumabús que te lleva literalmente rodeando el campus central).
    Lo de la tienda UNAM... no te queda un poco lejos? Digo, recuerdo que por allí está otros anexos de la facultad en donde yo estudié y como adición, te comento que está justo atrás de donde inicia la zona cultural donde ser universitario te va a traer muchas ventajas

    ResponderBorrar
  6. ¡¡Solo vengo a decir que hoy se empezó el cuarto semestre en Historia!!
    y como lectora chismosa de Kurtur sigo igual de emocionada como en la primera semana. ¡Mucho éxito!

    ResponderBorrar

Publicar un comentario

Entradas populares