Cuarto seguimiento de noticias



Voy a saltarme toda la explicación del sismo del 19 de septiembre del 2017, sus daños, consecuencias o repercusiones en la sociedad ya que dejaré toda esa información para el trabajo bimestral, en el cual hablaré de la solidaridad que nació (o despertó) dentro de los corazones de miles de mexicanos que salieron de la comodidad de sus hogares, pusieron todas las diferencias a un lado y se unieron para trabajar por un mismo objetivo (más de eso, en el trabajo bimestral), el de ayudar a todos los damnificados (Martín me enseñó esa palabra una semana antes del sismo y siento que desde entonces, todos la usan) por el sismo sin importar el esfuerzo que implicara, el dinero que costara, el tiempo que tomara, los sacrificios que fueran necesarios. Fue hermoso, excepto por la causa, pero creo que lo guardaré para el trabajo bimestral (creo que ya lo dije/escribí varias veces) y creo que el lector ya conoce esta información. Si no es así, le aconsejo al lector que lea mi trabajo bimestral, para el momento en que alguien que no conozca esta información lea este trabajo, ya habré acabado mi trabajo bimestral (por si no quedó claro: TRABAJO BIMESTRAL).


En los días posteriores al sismo del 19 de septiembre del 2017 en México, miles de personas de todas las razas, nacionalidades, colores y sabores se unieron para ayudar a los perjudicados, pero como acabo de mencionar, había de todo. No resulta sorprendente que nadie haya podido ayudar en todas partes: los que tenían recursos, donaban; los que tenían fuerza, cargaban; los que tenían espacio, ponían un centro de acopio; a los que se les daba la organización, pues organizaban y aquellos a quienes se les daba el manejo e interpretación de datos, se reunieron para crear el #Verificado19S.


Era tanta la gente que ayudaba, que los centros de acopio y los lugares dañados se saturaban de gente o de recursos que ya no necesitaban, mientras que la ayuda no llegaba a otros lugares. Igualito que en nuestro país, había más que suficientes recursos pero pésimamente distribuidos. Ahí fue donde entraron más de un centenar de desarrolladores, diseñadores, economistas, matemáticos, internacionalistas, antropólogos y psicólogos para crear un sistema de software que organizara y brindara la información de los lugares donde se necesitaba ayuda y qué tipo de ayuda se necesitaba, de manera confiable y actualizada (porque era típico que alguien veía en Facebook, un post de alguien que pedía sandwiches en la Roma y para cuando llegaba, ya había demasiados). Por eso era necesario, si mandabas un mensaje invocando ayuda, mencionar la fecha, la hora y el lugar para que la gente supiera cuándo llevar qué a dónde. Era también necesario difundir los mensajes (después de asegurarse de que los datos siguieran siendo relevantes) por todo medio, con ese fin (para no saturar las redes) posible para que llegara a todos los rincones de la sociedad y todos supieran cómo ayudar. Yo preguntaba nada más en Facebook, porque es la única red social que tengo, dónde necesitaban ayuda y nadie me contestaba.


Gabriel Márquez, Stephen Keil, Gisela Pérez y muchos otros fueron al Centro Cultural Horizontal, en el corazón de la colonia Roma, a unas cuadras de uno de los edificios caídos en Álvaro Obregón. Ahí mapearon en tiempo real dónde se encontraban los daños y qué necesitaban en cada zona, después de haber verificado la información pasándola por un proceso tedioso en el que se aseguraban, por varios medios, que la información que tenían fuera correcta. Además de tener un mapa en línea, donde podía revisarse en qué estaba el asunto, publicaban los resultados en Twitter, argumentando que ésa era la mejor plataforma para hacerlo y que Facebook no servía (es cierto, yo traté de usar Facebook y nadie me contestó). Recibieron apoyo de muchas organizaciones como Google y de mucha gente, y juntos formaron la principal fuente de información para ayudar a los damnificados. Esto es lo que docenas de gente sin músculo o sin dinero pero con sesos puede hacer para ayudar en una crisis.


Es increíble lo inteligentes que somos los mexicanos y al mismo tiempo lo mensos que somos. Al principio, no estábamos organizados pero no tardamos en darnos cuenta del problema y resolverlo. Dentro de nuestra sociedad, contamos con gente con habilidades y capacidades muy diversas que permiten que podamos brindar soluciones a cualquier problema y, si nadie nos detiene, a ejecutarlas a la perfección. Me parece que ésa es una característica muy importante de México y me llena de felicidad pertenecer a una sociedad en la que todos quieren y pueden ayudar, es verdaderamente maravilloso que todo ser humano encuentre su poder y su valor en situaciones críticas y que todos podamos aportar un bloque de jenga (que mantiene la estructura de la torre, así que es necesario igual que todos) y que lo hagamos. Hay muchos tipos de poder (conocimiento, fuerza, dinero, influencia, respeto, miedo, amor, voluntad, etc.) pero en situaciones como ésta, todos pueden ser empleados y autoemplearse para el bien común.






César, Alejandra & Fernández, Alejandro “Así fue como #Verificado19S puso orden a la ayuda tras el sismo” (24-09-2017) Obtenido de: http://www.elfinanciero.com.mx/tech/asi-fue-como-verificado19s-puso-orden-a-la-ayuda-tras-el-sismo.html (5-oct-2017)

V19s (@verificado19s) | Twitter

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