Mi tesina de TLRIID sobre la carne
Hola, les comparto la tesina que escribí para mi clase de español. Si quieren un resumen, considero que se consume mucha carne y que hay que bajar el consumo. Para lograrlo sin afectar mucho a nadie, y para acabarla de rematar, resolviendo otros problemas, propongo poner comedores comunes en las escuelas. Este proyecto lo discuto en el tercer capítulo.
Problemáticas ambientales y de salud en el ser humano asociadas a los patrones de consumo y producción masiva de alimentos, específicamente, la carne
Tesina para obtener la calificación de Taller de Lectura, Redacción e Iniciación a la Investigación Documental IV
Presenta:
Javier Hurtado Serrano
Asesores: Oscar Romero Reyes
Libertad Oviedo González
I. Introducción
A) Impacto ambiental de la producción de carne
Es muy común escuchar que para salvar al medio ambiente, hay que comer menos carne. El veganismo o el vegetarianismo y la ecología son conceptos frecuentemente asociados, como si uno implicara el otro y el otro no pudiera existir sin el uno. Por esto, la gente, al oír que tiene que comer menos carne, cierra su mente porque supone que la están tratando de convencer para convertirse al vegetarianismo y no se toma la molestia de considerar las razones o las explicaciones que relacionan el alto consumo de carne con el medio ambiente y el cambio climático. Rosario Pérez (2008) lo resume de la siguiente manera:
La ganadería ocupa 30% de la superficie libre de hielo del planeta y en diversos lugares es la fuente principal de contaminación del suelo y de emisión de nutrientes, materia orgánica, patógenos y residuos de medicamentos a ríos, lagos y zonas costeras. Los animales y sus excretas emiten gases que contribuyen al cambio climático. La ganadería modela paisajes enteros y reduce el hábitat (tomado de la Real Academia Española) natural con su demanda de tierra para la producción de pastos, forrajes, granos forrajeros y otros insumos agrícolas que intervienen en la alimentación del ganado (p.219-220).
Concretamente, la industria ganadera perjudica el medio ambiente por dos razones principales. La primera son los gases de efecto invernadero que emiten los animales y sus deshechos que contribuyen al calentamiento global. La segunda es la cantidad de recursos que requiere la práctica de esta actividad económica, principalmente suelo y agua. En las palabras de Rey-Huerga (2018):
El sector ganadero produce el 14,5% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), con unas emisiones estimadas en 7,1 gigatoneladas (GT) de dióxido de carbono equivalente (CO2-eq) por año. Sin embargo, este porcentaje aumenta hasta el 24% del global si se incluyen las emisiones vinculadas indirectamente con la deforestación y las que se asocian con la producción de fertilizantes. Estos datos evidencian el gran impacto que tiene este sector en el cambio climático.La ganadería también utiliza el suelo y el agua de manera desproporcionada y contribuye considerablemente a la deforestación debido a que gran parte la masa forestal ha sido sustituida por plantaciones de soja para alimentación animal (p. 203).
En cuanto al agua, se ocupa para que los animales beban y para producir el alimento de dichos animales, generalmente vegetarianos. Es decir, para que un humano pueda comer carne de res, se necesita criar y alimentar una vaca durante algunos años y ese alimento se necesita producir y eso requiere recursos. Según la FAO, la cantidad de agua que implica comer carne de res es la siguiente:
Se requieren 1.500 litros de agua para generar un kilo de granos y diez veces esa cantidad para producir un kilo de carne [...] Para producir suficientes alimentos que satisfagan las necesidades diarias de una persona se requieren alrededor de 3.000 litros de agua. Hoy en día hay más de 7 mil millones de personas que alimentar en el planeta y se prevé que esta cifra llegará a 9 mil millones en 2050.
Además, la sobreproducción de carne puede impedir la práctica de la agricultura correcta. Según Graetz (2008):
El pastoreo intensivo y el uso de maquinaria pesada que se utiliza en ocasiones para modificar la topografía de un terreno, ocasionan la compactación del suelo. Esta compactación puede dificultar la germinación y crecimiento de algunas especies por la resistencia a la penetración de las raíces. La compactación de los suelos también restringe el suministro de agua y aire a las raíces (p. 42).
Esto no sería un problema tan grave si el consumo de carne de los humanos fuera limitado a sus necesidades, (las cuales serán analizadas en el siguiente apartado) o moderado, sin embargo, debido al alto consumo diario de carne en las dietas de gran parte de la población mundial y por consecuencia, la alta demanda (es decir, una cantidad mayor a la que se necesita y que perjudica el medio ambiente) de carne que hay, la producción de carne incrementa. Las cifras varían según el país, pero en general, hay un crecimiento. En Paraguay por ejemplo, entre 2017 y 2018 se mostró un 5.8% de incremento en volumen de producción de carne (USDA, 2018). El alcance de la industria ganadera en México es, según José Manuel Palma García (2014) el siguiente:
el sector ganadero de México y del mundo, han sufrido transformaciones aceleradas ante la necesidad creciente de recursos alimenticios para la producción de carne bovina, con fuertes implicaciones en el medio ambiente; esto se manifiesta en la disminución de la superficie forestal por la competencia permanente con las áreas con fines pastoriles y agrícolas. [...] Muestra de ello es que en México la tasa de deforestación oscila entre quinientas mil y seiscientas mil hectáreas anuales (Velázquez, 2002). Y que de 1976 al 2000 el país perdió 20 mil km2 de bosques templados, 60 mil de tropicales y 45 mil de matorrales desérticos. Esto, a su vez, representó la desaparición de 90 mil, 265 mil y 195 mil hectáreas, respectivamente, de vegetación natural al año, que fueron sustituidas por coberturas de tipo antrópico, como: pastizales, zonas agrícolas y asentamientos humanos (p. 53-54).
Cabe destacar que según el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA), en su reporte semestral de comercio y mercado internacional de carnes, México no figura ni en los primeros diez países productores de carne. Antes se encuentran países como Brasil, Estados Unidos y la Unión europea como entidad.
El alcance de la industria ganadera, no siempre ha llegado tan lejos como hoy en día. “Según el Ministerio de Agricultura, Pesca y alimentación, [de España] la producción de carne asciende a casi cinco millones de toneladas, más de 90% por encima de la producción de 1985” (Langreo, 2008). Es común que la gente, al escuchar tan alarmantes cifras, justifique su dieta, afirmando que se necesita consumir tanta carne porque el ser humano necesita la proteína y lo dicen como un argumento definitivo contra los vegetarianos que tratan de explicar por qué eligieron ese estilo de vida. Sin embargo, a pesar de que la carne sí contenga varios nutrientes indispensables para el desarrollo humano, es falso que sólo se puedan obtener de dicho alimento y que se requieran en tan altas cantidades (López, 2006).
B) Necesidad de proteínas y vitaminas encontradas en la carne
La carne y principalmente la carne bovina, es una de las categorías principales de alimentos para los humanos al igual que una de las fuentes más importantes de nutrientes debido a su alto contenido de proteína, minerales como el hierro y el manganeso y vitaminas del grupo B que no se encuentran tan fácilmente en otras fuentes naturales, sobre todo la vitamina B12 (Gutiérrez y Vanegas, 2016). No cabe duda que estos nutrientes son indispensables para el desarrollo pleno del ser humano, no obstante, las cantidades de carne que se consumen son demasiado elevadas. En efecto, se supone que, en promedio, un hombre de 80 kilogramos de peso no necesita más de 65 gramos de proteína al día, que se pueden encontrar en tres pequeñas porciones de carne (Perdomo, 2018). Cabe destacar que la cantidad de nutrientes que requiere un individuo al día, depende de varios factores como los son la altura, el peso, la edad y la actividad física que realiza, por eso se presenta un promedio que sigue siendo muy inferior a la cantidad de carne que se consume diariamente.
C) Alta demanda de carne
Como se ha mencionado previamente, el problema radica no en el consumo de carne, sino más bien en la magnitud de su consumo, en su producción excesiva que al final del día tiene una sola causa: la demanda. “A pesar de que la carne ovina representa un porcentaje bajo de la producción en México ya que tiene un precio considerado alto, su consumo es cada vez más demandado por la población” (Cordero, 2009). No sólo es la carne ovina la que presenta un crecimiento en producción. Como se ha mencionado antes, la producción de carne en general ha mostrado crecimiento en varios países. Un factor que influye en este crecimiento es el aspecto cultural: no sólo en México pero también en el resto del mundo, gran parte de los platillos tradicionales de cada país, incluyen alguna presentación de algún tipo de carne, en grandes cantidades.
Además, la población mundial está viendo un gran crecimiento como se ha mencionado previamente. Los siete mil millones de habitantes que existen hoy en el planeta y con los que existen dificultades para mantener nutridos, como veremos más adelante, se convertirán en nueve mil seiscientos millones para el año 2050. Rey-Huerga (2018), explica la problemática de la siguiente manera:
Para alimentar a esta población más numerosa, más urbana y más rica, la producción de alimentos (excluyendo los alimentos empleados en la producción de biocombustibles) debería aumentar un 70%: La producción anual de cereales tendría que aumentar desde los 2.100 millones de toneladas actuales hasta los 3.000 millones, mientras que la producción anual de carne debería aumentar en 150 millones de toneladas" hasta alcanzar los 455 millones estimados, es decir un 50% más.Seguir con los actuales modelos de producción para satisfacer las futuras necesidades alimentarias comportaría un crecimiento insostenible de consumo de recursos naturales, aumentando en un 50% el consumo de energía y en un 40% el consumo de agua para 2050 (p. 202).
D) El factor ético: la crueldad contra los animales
Semejante crecimiento en la demanda de carne y por extensión, en su producción, lleva a las grandes empresas a producir carne a un nivel industrial en el que los animales son tratados como mercancía, como objetos: los juntan en espacios demasiado pequeños para sus números, sus dietas no se diseñan con base en sus necesidades nutricionales, sino con base en estrategias para que crezcan más y brinden más carne e ingresos económicos. Esto resulta en una disminución en el consumo de carne porque “existe un aumento de la conciencia ética de las sociedades avanzadas sobre el trato que reciben los animales en la producción intensiva, propia del sistema ganadero industrial” (Rey-Huerga, 2018 p. 203).
E) Consecuencias en la salud por el consumo excesivo de carne
A pesar de que todos los nutriólogos puedan estar de acuerdo en la necesidad de los nutrientes que se encuentran en la carne para una dieta equilibrada, hay estudios que demuestran que un exceso en el consumo de esta especie de productos, puede resultar nocivo para la salud. “Un estudio reciente concluyen que una dieta alta en proteínas de origen animal es dañina para la salud de las personas menores de 65 años, porque eleva el riesgo de padecer cáncer” (Perdomo, 2018). Además, la carne no sólo contiene nutrientes benéficos. “La ganadería industrial ha multiplicado por siete la proporción de grasa en muchas carnes de consumo alimentario” (Bras, 2005). El alto consumo de carne, conduce pues, al exceso de grasas que puede llevar a la obesidad.
F) Contraste entre obesidad y desnutrición
El problema se agrava cuando se toma en consideración que mientras la obesidad mata a miles de personas, hay varios millones que mueren por desnutrición. Es decir, hay gente que muere por falta de alimento y por su sobredosis al mismo tiempo. En países como Etiopía “la falta de alimento como ocurre en las hambrunas, ha sido una de las principales causas de muerte [...] en épocas recientes, murió más gente de hambre que en la guerra” (Vargas, 1998).
EL hambre se puede definir como la falta de alimento pero también como la falta de nutrientes. Se les llama hambre total y hambre específico respectivamente. En el caso del segundo, hay tres tipos de hambre: hambre de vitaminas, hambre de minerales y hambre de proteínas. Una dieta desequilibrada puede llevar a uno de estos tipos de hambre y por consecuencia se pueden encontrar gente con obesidad y con hambre al mismo tiempo. Las personas que no tienen todos los nutrientes necesarios, padecen de desnutrición. Se estima que dos terceras partes de la población mundial sufren de hambre de algún tipo.
Existen casos de hambruna colectiva como la que hubo en Bengala, India cuando los japoneses bloquearon las rutas de comercio durante la Segunda Guerra Mundial en la cual se registraron un millón y medio de muertes o en Nueva Guinea, que el hambre es transmitida a los niños al nacer y el 80% muere antes de alcanzar la pubertad. Este fenómeno se clasifica como epidemia. El hambre total o aguda prevalece sobre todo en países subdesarrollados y es más visible por lo cual inspira más compasión que el hambre oculta, pero no por ello, es más peligrosa.
Hay varios factores que conducen al hambre oculta. Según Aceves (1987) uno de ellos es la monotonía alimentaria:
el hábito del hombre civilizado de alimentarse a base de un número restringido de sustancias alimenticias. Si se compara la alimentación de los grupos primitivos con los del hombre civilizado, la primera diferencia de importancia que se registra es que el primitivo disponía de un número infinito de plantas nativas y de animales que le servían de alimentos, mientras que el civilizado restringe esos recursos a una pequeña cantidad. Esto es de 2,000,000 de especies animales conocidas, aproximadamente cincuenta especies fueron domesticadas por el hombre y contribuyen para los recursos de subsistencia. Además, de las 350,000 especies vegetales del mundo, apenas 600 son cultivadas [...] Con la alimentación variada diariamente las deficiencias específicas de un día son compensadas el siguiente día, en cambio, con la alimentación monótona las deficiencias se consolidan y se agravan con el tiempo (p. 20).
Otro factor que influye en la desnutrición es la pobreza en vitaminas y minerales dentro de los cereales que consume la mayoría de la población. Existen casos en los que pueblos alejados de la “civilización” cuyos habitantes mantienen dietas pequeñas de productos nativos, no muestran ninguna carencia de nutrientes hasta ser colonizados e influenciados por los europeos, como lo fue el caso de los negros del Congo Belga cuya “dieta nativa a base de mijo, de sorgo, de mandioca, de batata dulce y de otros productos casi desconocidos”, cubría todas sus necesidades nutricionales, lo cual no siguió siendo cierto cuando adoptaron una dieta europea; los hábitos alimenticios de sus colonizadores causaron que surgieran problemas de carencias nutricionales.
La civilización del hombre también daña su alimentación por el sentimiento de hambre que sentimos hoy en día, que es de carácter psíquico y busca satisfacer el placer de comer antes de las necesidades de nutrientes específicos como lo hacen los animales, que “buscan instintivamente los medios de corregir la deficiencia específica” (Vargas, 1998) aunque existen casos de civilizaciones primitivas que recurren a comer tierra, huesos e incluso heces para cubrir ciertas deficiencias nutrimentales.
Queda claro que hay muchos factores que contribuyen al hambre y es por eso que no resulta sorprendente que tanta gente las padezca. Lo que sí resulta preocupante es que estos casos de hambre no se dan por falta de recursos ya que al mismo tiempo, existen tantos casos de sobrepeso y obesidad como de desnutrición.
“El sobrepeso y la obesidad se definen como una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud” (OMS, 2017) y se mide usando en índice de masa corporal (IMC), que consiste en una escala para clasificar el nivel de nutrición de una persona, dividiendo su masa en kilogramos entre el cuadrado de su altura en metros. A partir de un IMC de 25, se considera que la persona tiene sobrepeso y a partir de 30, obesidad. La obesidad presenta riesgos para la salud que pueden conducir a la muerte. De hecho, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el sobrepeso y la obesidad causan más muertes que la desnutrición. Cada año mueren al menos 2.8 millones de personas por obesidad (OMS, 2017). 13% de la población mundial es obesa (Caudron, 2019).
Estos dos problemas son los dos lados de la moneda de la malnutrición. Tres mil seiscientos mil millones de personas tienen algún tipo de malnutrición dentro de las cuales mil seiscientos millones se encuentran en sobrepeso y no hay una relación establecida entre el sobrepeso y el nivel de ingresos de las personas. Además, el 20% del alimento producido por la Humanidad, es desperdiciado (Caudron, 2019).
Es alarmante que existan semejantes extremos en el mundo y queda en evidencia que los recursos disponibles es tanto un problema como su distribución. La gente se empieza a concientizar sobre estas problemáticas y a presentar posibles soluciones, algunas de las cuales cuales se puede y se deben llevar a cabo a nivel multilateral para poder ser eficientes.
III. Capítulo dos: Propuestas de soluciones y su viabilidad
A) El Vegetarianismo
2. El factor de la salud
- La falta de planeación de los menús, que pueden implicar carencia de nutrientes y por lo tanto, malnutrición.
- El consumo excesivo de energía en forma de grasas saturadas.
- El estilo de alimentación vegetariano puede no ser apropiada para los niños porque:
- El consumo de fibra se puede elevar hasta el doble de lo recomendado.
- El consumo de grasas puede llegar a ser tan bajo, que se puede comprometer el aporte total de energía.
- La ingestión proteica es a base de proteínas de menor calidad y menor biodisponibilidad.
- Existen sustancias naturales, como los fitatos, que evitan la absorción de otros nutrientes indispensables para el organismo tales como calcio y cinc.
- La capacidad volumétrica del estómago de los niños es limitada y la gran cantidad de alimentos de baja densidad energética consumida por los vegetarianos puede ocasionar deficiencia de nutrientes que afecten el crecimiento.
- Algunos estudios han mostrado que los niños vegetarianos, sobre todo menores de cinco años, tienden a tener relación peso/talla, talla/ edad y peso/edad por debajo de la media para la población general (p.207).
Comentarios
Publicar un comentario