Adiós Amy Camacho, descansa en paz

Hoy es un día muy triste. Hoy me enteré que una de las personas que yo más admiro en el mundo y a quien yo le tenía mucho cariño, tuvo una muerte cerebral, es decir, tras estar en un coma inducido, causada por un derrame cerebral, ya no volverá a despertar. Hoy me enteré que no voy a volver a ver a Amy Camacho. Amy Camacho era la mayor de los ocho hijos de Carlos Camacho y Louise Wardle. Sus papás ya habían muerto cuando Amy tenía tan sólo diecinueve años dejándola a cargo de sus hermanos y de varios negocios dentro de los cuales destaca el parque Africam Safari que si mi memoria no me falla, llevaba sólo seis años abierto. Amy fue en gran parte la responsable de que la familia Camacho saliera adelante y se convirtiera en lo que es hoy: la familia más unida y más amable que yo tengo el privilegio de conocer. Amy tuvo que abandonar sus estudios en la prepa para atender los asuntos familiares y ella junto con la segunda hermana, Bianca cuidaron y se encargaron de que a sus hermanitos nunca les faltara nada a pesar de que varios miembros de su familia extendida trataran de transarlos y robarles lo mucho que sus padres les habían dejado. 

Amy tuvo una juventud muy trágica, todos los hermanos Camacho la tuvieron. Trágica y llena de responsabilidades y obstáculos. Y a pesar de todo eso, hizo algo grandioso con su vida. Además de sacar a sus hermanos y al parque Africam adelante sin perder de vista sus principios y sus valores, Amy tuvo puestos muy importantes en el gobierno de Puebla en el cual puso un parque (creo que se llama parque metropolitano), fue de las fundadoras de Dale la Cara al Atoyac, madre de tres hijos encantadores y una persona verdaderamente maravillosa. Cuando la conocí, yo no sabía nada de esto. Cuando la conocí, ella era la tía de unos amigos de Puebla y sin saber más que eso, me pareció una mujer fuerte pero amable. Su presencia tenía un peso, la gente la veía y la escuchaba. Una de mis mejores memorias con ella es una vez que jugamos UNO en su casa. Me senté junto a ella y pasé todo el juego diciéndole cómo yo le iba a ganar y ella a mí e hicimos lo que pudimos para que el otro no ganara y al final los dos perdimos, pero ah cómo nos reímos. Las risas nunca faltaron en esa casa y aunque yo sólo fuera el hijo de la amiga de su hermana o el amigo de sus sobrinos en un principio, siempre me sentí muy querido. Tuvo varios problemas de salud, pero Amy era una guerrera. Era fuerte y los pasó todos. Ella me inspiró a ser fuerte, a sonreirle a la vida y hacer lo mejor posible con las cartas que me tocaron; a que yo puedo hacer lo que me proponga. A ella le debo (a ella y a su familia) muchas de mis mejores memorias. La voy a extrañar mucho, la vamos a extrañar mucho y haré mi esfuerzo por vivir cada día de mi vida siguiendo su ejemplo. 

De nuevo, es lamentable que esto suceda en plena pandemia. Habemos quienes quisiéramos apoyar a la familia Camacho en estos momentos difíciles pero el coronavirus nos impide hacer mucho de lo que haríamos normalmente. Lo que podemos hacer todos (los creyentes al menos) es rezar. Rezar por Amy y por la familia Camacho. 

Mi papá resumió lo que yo creo, es el sentimiento general que tenemos los que conocimos a Amy. Les comparto sus palabras:
"Muy Querida Amy,
Tu memoria será siempre un ejemplo y fuente de inspiración para quienes tuvimos la bendición de conocerte.
Descansa tranquila que los tuyos siempre encontrarán muestras de afecto y recogerán los frutos del amor que sembraste."

Ahora Amy está en un mejor lugar. Adiós Amy, descansa en paz.




Les comparto este vídeo de las hermanas Camacho que hicimos hace unos años:
https://drive.google.com/file/d/1Q-jyG8QHI6fIgTeChSWfMM9Yl25NrzRO/view?usp=sharing 

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