Philadelphia (Spoilers)

Philadelphia. Como el queso. Como la ciudad. Como la película. Qué película. Peliculón. Philadelphia es una película que toca muchos temas sociales muy relevantes hasta hoy en día a pesar de haber salido en los noventas tempranos. Es en primer lugar, una película de abogados por lo cual forzosamente habla de leyes, derecho y justicia o búsqueda y falta de. En segundo lugar es una película de diversidad sexual y SIDA. El personaje principal, Andrew, interpretado por Tom Hanks es un abogado homosexual que contrae la enfermedad e inmediatamente, vemos cómo su vida se derrumba; su carrera prometedora desaparece, sus amigos lo abandonan, la sociedad lo menosprecia. Sólo su familia y su pareja permanecen a su lado pero ellos no le pueden ayudar a conseguir justicia por haber sido injustamente desacreditado y después despedido. 

Entra Joe, interpretado por Denzel Washington, otro abogado, negro. Y me parece importante destacar su color de piel porque hace no tanto, los negros eran los discriminados (siguen siendo pero de eso hablaremos después), los segregados, los que la gente en el poder consideraban que no tenían alma ni derechos. Y eso es importante porque al inicio de la película y hasta bastante tarde, Joe también siente asco por Andy, también siente repulsión y se niega a representarlo. En su defensa, en esa época no se sabía tanto sobre el SIDA y es entendible (mas no aceptable) su miedo de ser contagiado.

Ahora bien, como a la mitad de la película ocurre lo que para mí fue uno de los momentos más poderosos y significativos: Andy está en la biblioteca investigando para su caso. Recordamos que él también es abogado y no por tener SIDA es menos capaz de llevar a cabo un caso. La gente lo ve con asco. Joe está ahí y se esconde. Eso es hasta que uno de los guardias de seguridad se le queda viendo con desconfianza. Entendemos perfectamente de qué se trata: el guardia es blanco y Joe es negro. Ahí es cuando Joe se da cuenta de que él mismo, un hombre negro que ha sufrido mucha discriminación por su color de piel, está siendo culpable del mismo crimen pero por orientación sexual y decide tomar el caso, no sin antes ayudar a Andy. Ese momento es poderoso porque Joe no hace más que saludar a Andy cuando lo estaban invitando a retirarse (era claro que tenía SIDA). Ese saludo, ese reconocimiento de un ser humano hacia otro, ese gesto, habló más fuerte que cualquier palabra. Parecía decir “¿tenemos un problema aquí?” y el guardia no quería problemas. Y toma su caso. Y es hermoso verlos trabajar juntos.

Ese momento me hizo la película. Demuestra lo poderosos que pueden ser nuestros actos; el impacto que podemos hacer con un simple saludo, con un gesto, al reconocer a alguien por lo que es y no lo que la sociedad lo hace parecer. Eso es lo que deberíamos de hacer todos en la vida. Dejar a un lado las paredes que la sociedad ha construido para diferenciarnos y separarnos y establecer algo como “normal” o “mejor” cuando simplemente es diferente, y admitir que todos somos humanos y todos somos iguales en que somos únicos, y que todos tenemos los mismos derechos. Reconocer a alguien como un hermano, puede marcar toda la diferencia. Y eso hizo Joe. Y ahí salvó a Andy. 

Y luego, la película se puso mejor. El juicio es una joya. Denzel Washington goza de las interrogaciones a los testigos. Hace un show de sus preguntas y disfruta cada momento porque hace muy bien su trabajo y porque la injusticia está clara. Incomoda a algunos testigos para romperlos, consuela a otros y eventualmente consigue lo que quiere: demostrar que a Andy lo despidieron por ser homosexual y por tener SIDA. Y algo que me encanta del personaje es que podemos ver que nunca pierde su repulsión por la homosexualidad. Algo tan profundamente arraigado en los sentimientos de alguien no puede desaparecer sin importar la cantidad de razón que haya en contra. Pero Joe pudo poner esos sentimientos a un lado, pudo defender la homosexualidad y a los homosexuales porque a pesar de sentir asco hacia ellos, los reconoce como seres humanos con derechos y gana el caso. 

Otro momento especial para mí fue cuando visitan a la familia de Andrew y al principio estaba tenso porque esperaba que estallara una bomba pero luego me di cuenta que la homosexualidad de Andrew y su enfermedad no era ningún secreto y más aun, que tenía el apoyo total de su familia. Me sentí verdaderamente conmovido en esa parte porque eso es amor. Saber que esa persona a la que quieres está pasando momentos muy difíciles y que todavía falta lo peor y que habrá sufrimiento y aún así te quedas a su lado y lo apoyas en todo y lo ayudas en lo que puedes. Eso es amor. 

Aunque mi parte favorita de la película es sin lugar a dudas, cerca de los últimos momentos del juicio. La enfermedad de Andy se ha vuelto mucho más notoria y es difícil verlo sufrir tanto. Su pelo se ha vuelto blanco y se ve débil, cansado. Vemos que se siente mal y no queremos seguir viendo. Pensamos “venga, aguanta otro poco”. Sentimos pena y angustia. Queremos que Tom Hanks pida un descanso, que no se desmaye y que conteste bien sus preguntas. Y lo hace. Su cansancio no debilita sus capacidades mentales parece ser. Va bien. Logra contestar con seguridad y luego sacan el espejo y parece que el equipo contrario metió gol. Hasta que Denzel Washington toma la palabra y Tom Hanks se quita la camisa y sabes que ya ganaron el caso. Y cuando Andy se pone mal y se lo llevan, nos quedamos con esa satisfacción de que lo logró. Consiguió la justicia que buscaba. Los hizo pagar y muchos homosexuales y enfermos de SIDA encontraron su voz a través de él. Fabulosa película. Excelente mensaje. 

Desde un punto de vista más cinematográfico e inexperto, creo que esta muy bien hecha la película porque en todo momento logra transmitir un mensaje muy claro al igual que emociones muy fuertes. Y el diálogo y las actuaciones, claro, me parecen un par de joyas. Vale la pena mencionar también el papel de Antonio Banderas. Philadelphia va para el cuadernito. Auténticamente sentimos el sufrimiento de Andy, su exclusión. Es brutal ver tanta discriminación aunque sepamos que existe y que ha sido y sigue siendo un grave problema. Seguimos teniendo que luchar contra los prejuicios y las injusticias; contra la discriminación y la intolerancia; por los derechos humanos; porque sea legal el matrimonio de parejas homosexuales, porque puedan adoptar; porque los acepten, porque no los violenten. A veces veo lo que algunos humanos son capaces de hacer contra gente cuyo único crimen es ser diferente y ahí, es donde yo siento asco, siento repulsión. 

Recordemos que la lucha puede empezar con un simple “hola”.


Philadelphia (1993) | I Draw on My Wall

Las canciones que escuché mientras escribía:


Mediterráneo- Joan Manuel Serrat


Forever Young- Alphaville 


F*ck you- CeeLo Green 


Shotgun- George Ezra


We can work it our- The Beatles 


La même- Maître Gims


Bohemian Rhapsody- Queen 


Major Tom- Peter Schilling 


Tiny dancer- Elton John


Hallelujah- Alexandra Burke


Qué difícil es hablar el español- Inténtalo Carito

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