La Grana Cochinilla

Hoy les voy a compartir un ensayo sobre la grana cochinilla que escribí para mi clase de química.

La química en la historia

Historia de la grana cochinilla

INTRODUCCIÓN

A finales de la Edad Media todas las personas de poder (emperadores, monarcas, miembros de la nobleza, del clero, etc.) así como los artistas buscaban la manera de obtener un tono muy específico de rojo. Este era el color de la pasión y del poder, y denotaba riqueza y estatus socioeconómico. Estos tonos los encontraron en América, en la grana cochinilla, un insecto encontrado en el nopal, de cuyo cuerpo se obtiene el ácido carmínico, una sustancia química compleja que se usó como tinte para llegar a tonos de rojo que hasta entonces no se habían alcanzado y cuya permanencia en las telas y en los lienzos no tenía precedentes.

Actualmente, se utiliza como colorante en cosméticos y en alimentos y bebidas. Mientras que estos datos pueden parecer perfectamente inútiles e irrelevantes en la mayoría de los ámbitos, son de gran importancia histórica en el contexto mencionado. La grana cochinilla marcó un punto clave en la historia del arte y de la industria textil y al mismo tiempo ilustra algunos temas de ciertas ramas de la química. Este ensayo busca demostrar la relevancia y el impacto histórico que tuvo la grana cochinilla debido a sus características físicas y químicas que hicieron de esta sustancia una de las más deseadas tras la conquista de Tenochtitlan y hasta el siglo XX e igualmente explicar dichas características que se conocen gracias a la química.

DESARROLLO

El nombre científico de la grana cochinilla es Dactylopius coccus y es un insecto hemíptero que plaga algunas especies de nopal nativas de América (es decir, no se encontraba en Europa y por ende, era una novedad para los españoles) y que fue domesticada por los mesoamericanos desde siglos antes de la llegada de los europeos, junto con la especie de nopal en la que se desarrolla de tal manera que el insecto aumentó su tamaño y el nopal perdió sus espinas después de varios años, facilitando así su cultivo. El cuerpo de la hembra se seca y se tritura para usarse como colorante en polvo: el ácido carmínico que el insecto usa como mecanismo de defensa contra depredadores y el ser humano sintetiza como colorante rojo, muy preciado en Europa durante los siglos XVI-XIX. Este polo es soluble en agua, pero no posee las cualidades químicas para fijarse en el material que se busca teñir. Para eso, se necesita mezclar con una sustancia que sirva de mordiente¹ como el alumbre o el estaño. Esto ayuda además a que el color resista a la deterioración.


Sin embargo, mientras el principal uso de la grana cochinilla era para alcanzar un color rojo carmesí, hoy se sabe que el color del ácido carmínico depende del pH² de la mezcla. Un pH elevado hace que el color se torne hacia un violeta oscuro, mientras que un pH bajo hace que los tonos se inclinen hacia un color naranja rojizo. Ahora, si lo que se busca es lograr un tono todavía más intenso de rojo, se puede mezclar el ácido carmínico con aluminio y calcio para producir quelato de carmín. El quelato de carmín no es soluble en ácidos pero sí en soluciones alcalinas y alcanza tonos más fuertes de rojo. Ambas sustancias, el carmín y el ácido carmínico son permitidas como colorantes de alimentos en Europa y América del Norte, por lo cual se usa para darle un color agradable a productos como mermeladas, helados, yogures, bebidas, maquillajes y hasta pastas de dientes.


El ácido carmínico es un químico complejo. El químico, Fidel Romero (2021) lo describe de la siguiente manera:


El ácido carmínico es un compuesto que está formado por una antraquinona y una molécula de glucosa por lo que se denomina como un "glúcido". A simple vista, el ácido carmínico carece de color, pero al complejar a un metal como el Aluminio o el Ca, adquiere las tonalidades rojizas

Algunos autores remontan el origen de su uso al siglo X durante el dominio tolteca, otros lo ubican en Oaxaca y zonas colindantes con Puebla y Guerrero. Lo que ningún historiador discute es la importancia de o la presencia del colorante en la vida y en los pueblos prehispánicos pues estos lo usaban tanto para teñir sus ropas así como para pintar su piel y sus códices.

Uno de los productos más representativos de la Nueva España tras la conquista de Tenochtitlan fue la grana cochinilla. Junto con el oro y la plata, era de los principales productos que exportaban al resto del mundo y de los que más ganancias generaban, tanto para los españoles como para los indígenas. Desde el puerto de Veracruz, la mandaban a Europa, a Rusia y hasta Persia y desde Acapulco el tinte llegaba hasta varios mercados orientales en China e incluso Turquía. Se usaba el rojo cármico para teñir la ropa de los nobles, los monarcas y de los miembros del clero por lo cual este tenía un alto valor. Tener ropa roja se convirtió en un signo de poder y estatus elevado y la demanda por este colorante aumentó exponencialmente. Al ver que el cactus crecía fácilmente en climas áridos, los españoles lo empezaron a llevar a Perú y a Guatemala para que los indígenas lo cultivaran ya que este era un proceso largo y tedioso que requería de mucho tiempo y paciencia.

La grana cochinilla obtiene su nombre en España donde por una confusión sobre su origen, se creía que el pigmento provenía de una semilla vegetal. Algunos europeos llamaban a la cochinilla “grana” pensando que venía de un grano. Desde entonces se le llama por igual grana o cochinilla aunque los pueblos indígenas tenían sus propios nombres para el insecto. “En náhuatl se le llamó nocheztli que significa “sangre de nopal” y en mixteco ndukun que quiere decir “insecto sangre” (Castillo, 2020).

Tras las Guerras de la Independencia, murió el monopolio español de la grana cochinilla lo cual afectó económicamente a México ya que tenía menos presencia en el mercado que la competencia. A finales del siglo XIX, en Europa se descubrieron otros colorantes artificiales que lograban los mismos tonos que el ácido carmínico sin requerir de un proceso tan laborioso para obtenerse y con mayor eficiencia. Tomemos en cuenta que se necesitan aproximadamente setenta mil cochinillas para producir una libra de tinte, Esto fue lo que marcó la decadencia del uso de la grana cochinilla como tinte textil. Hoy en día, la cría de la grana cochinilla se mantiene más que nada para preservar las antiguas tradiciones en el estado de Oaxaca aunque mediante análisis químicos, se han encontrado evidencias que muestran que varios artistas impresionistas³ y postimpresionistas reconocidos como Rubens, Renoir, Monet, Manet, Pissarro Velázquez, el Greco e incluso Vincent Van Gogh, usaron este pigmento en sus pinturas.

CONCLUSIÓN

Frecuentemente se oye a gente dividir o clasificar las disciplinas ya sea como ciencias o humanidades, o en ocasiones ciencias sociales (aunque ese sea un término de controversia) como si estas categorías fueran mutuamente excluyentes. Sin embargo podemos ver cómo en más de una manera, estas disciplinas se pueden mezclar como es el caso de la historia y la química.

La química no sólo se encuentra presente en todos los fenómenos que le dan su valor a la grana cochinilla y permite entender el proceso que se tuvo que llevar a cabo para la darle color a los códices y las prendas de las personas importantes en antaños sino que con ayuda del contexto histórico, también logra comprender por qué la el carmín y el ácido carmínico tuvieron la importancia económica que alcanzaron y por qué fueron reemplazadas en el siglo XX. De igual manera, es gracias a la química que se conocen los alcances geográficos y temporales que tuvo la sangre de nopal en el mundo pues sin esta ciencia, no se habrían encontrado rastros del insecto en las pinturas de los artistas impresionistas mencionadas anteriormente; es gracias a la química que se entiende cómo se puede usar el carmín y el ácido carmínico para conseguir diferentes tonos de colores y cómo estos pueden quedar mejor impregnados en las fibras de las telas para producir mejores resultados tanto en obras artísticas como en trabajos textiles y aunque no se haya mencionado explícitamente, es gracias a la química que se sabe que este producto se puede consumir como colorante en los alimentos o en los productos cosméticos sin presentar riesgos a la salud.

La grana cochinilla fue un producto de gran importancia económica desde antes de la conquista hasta principios del siglo XX por su calidad y versatilidad como pigmento, que fue reconocida y valorada por comerciantes, gobernantes y artistas; que revolucionó la industria textil en su época; que hoy en día se sigue usando en la industria alimentaria como colorante y como tinte de ropa en lugares apegados a la tradición y que es sólo uno de cientos de ejemplos en los que entran en contacto la historia y la química.

La química interviene en la historia en muchas otras instancias. La química permite la conservación de documentos antiguos mediante productos químicos y procesos para reconstruir fragmentos de textos que con el tiempo han sucumbido al deterioro; es gracias a los análisis químicos que podemos saber de qué están hechos los monumentos históricos y podemos darnos una idea de cómo fueron construidos y es mediante la química que se pueden hacer pruebas de ADN para verificar la autenticidad de reliquias que supuestamente pertenecieron a personajes históricos como fue el caso del último rey de Francia.

Y aún con toda esta evidencia que respalda que la química y la historia van de la mano (por no hablar de la historia de la química), es impresionante lo difícil que es encontrar documentos que muestren los resultados de alguna de estas pruebas químicas o el proceso que se siguió para encontrar los resultados. Parece ser que muy poca gente ha relacionado la química con la historia. Los historiadores sólo dicen que se encontraron rastros de grana cochinilla en pinturas y confían ciegamente en el procedimiento de los químicos que a su vez no ligan los resultados de su experimentación con su razón histórica.

¹. Los mordientes son sustancias que ayudan a fijar el tinte en las fibras de la tela.
² El pH es una medida del grado de acidez o alcalinidad de una sustancia. Se mide mediante una escala que va del 0 al 14. Una sustancia con un pH que se encuentre entre el 0 y el 6 es considerada un ácido mientras que las que tienen un pH alto, entre el 8 y el 14 se le llaman “bases” y son consideradas alcalinos. Un pH de 7 es neutro.
³ El impresionismo fue un movimiento artístico en europa en el siglo XIX.

REFERENCIAS


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