Hazlo

 Hoy tocaba ficción. Les comparto un cuento que escribí esta semana.

Hazlo


Life’s for the living so live it or you’re better off dead
-Michael Rosenberg

Son como el Todo de Fullmetal Alchemist, sólo que azules. Y son tres. Llevan siguiéndome desde que cumplí doce años. Creo que ellos murieron a esa edad. Ellos no se lo merecían. Hubieran vivido vidas muy llenas de no haber muerto. No como yo. Me lo dijeron en cuanto me dí cuenta de lo que hacían.

Verás, en la vida tenemos millones de oportunidades. Oportunidades para vivir, para aprovechar nuestra vida, hacer que cuente, como quieras decirle. Oportunidades para actuar de tal forma que el día de nuestras muertes podamos voltear hacia atrás y decir “uórales… qué vida la mía”. Y yo, gracias a estos tres diablillos tengo que aprovechar todas y cada una de esas oportunidades.

Les explico cómo funciona: yo veo una situación en la que puedo actuar de tal manera que mi vida sea un poco más interesante, más llena, tenga más sentido, lo que quieras. Ellos me dicen que haga lo que puedo hacer y si decido no hacerlo, si decido desperdiciar mi oportunidad y no hacer nada, uno de ellos lo hace por mí. De alguna manera, toma posesión de mi cuerpo y lo hace y si lo logra hacer, yo pierdo control de mi cuerpo, no sé hasta cuánto tiempo. No sé qué pasa conmigo, sólo sé que uno de estos diablillos se queda con mi cuerpo. No confío en ellos ni en la mayoría de lo que dicen. Pero sí sé que la primera vez que casi desperdicio una oportunidad, también fue la última.

Tenía doce años. Acababan de aparecer los diablillos. Yo no sabía qué hacían. Eran como mis amigos imaginarios, me dí cuenta rápidamente de que nadie más los podía ver o escuchar. Sonreían, parecían inofensivos. Estaba checando Instagram en mi cuarto y mi hermano entró a preguntarme si quería jugar Ping Pong con él. Los diablillos me susurraron en el oído “ve, juega con él”. Yo les iba a decir a los cuatro que no, pero antes de abrir la boca, sentí… no sé cómo explicarlo, como si me succionaran el aire de la boca… pero no sólo el aire, sentí que yo mismo estaba siendo succionado de mi propio cuerpo, no sé cómo lo logré pero antes de ser “succionado” dije que sí a mi hermano. La sensación desapareció. Uno de los diablitos se había acercado mucho a mí, ahora sé, o al menos creo con todo mi corazón, que lo que quería hacer, era entrar en mi cuerpo.

Desde entonces, cada vez que me dicen que haga algo, lo hago. Nunca he vuelto a sentir esa sensación, no he podido comprobar mi teoría todavía.

Ese día fue ping pong con mi hermano en vez de perder tiempo en Instagram, pero al día siguiente en la escuela me hicieron confesarle mis sentimientos a la niña que me gustaba (me rechazó), lavar los trastes de la comida y llevar a pasear al perro. Cada vez que me decían que hiciera algo, yo lo hacía y eso los parecía irritar. Lo interesante era que cada vez, antes de que me dijeran que hiciera algo, cada vez, yo pensaba que debería de hacerlo. Nunca me han dicho que haga algo que yo no sepa que tengo que hacer o que debería hacer. Y sucede cada vez que pienso que debería de hacer algo.

Ellos querían que yo fallara, siempre lo han querido. En cuanto yo entendí eso, ellos lo supieron y cada vez que hacía lo que me pedían, se enojaban más. Me empezaron a decir que no merecía vivir, que ellos habían muerto antes de tiempo y que ellos merecían tener mi vida más que yo, que yo sólo la quería desperdiciar. Se volvió una especie de competencia por mi cuerpo, una guerra sin fin en la que se libraban batallas cada día. Y me gustaba ganar. Después de un rato, no fue sólo la satisfacción y el placer de derrotar a mi enemigo, pero poco a poco, me di cuenta de que realmente estaba aprovechando mi vida. Tuve que tener miedo a perderla por completo antes de hacerlo.

Los días se volvieron emocionantes. Cada uno de ellos una aventura. Aunque estuviera haciendo algo tan simple como lavar los platos para ayudar a mi mamá, estaba peleando por mi vida. Y los días se volvieron cansados. El miedo se volvió cansado. No es fácil vivir tan plenamente todos los días, con miedo y adrenalina corriendo por mis venas a mil por hora. No es fácil siempre decir que sí. No es fácil no parar nunca. No es fácil vivir. Morir sería más fácil… Ya no tendría que hacer nada.

Los diablitos crecieron conmigo aunque fuera de tamaño. A los quince años, empecé a entender más sobre su naturaleza, su origen, y empecé a sentir lástima por ellos. No sé qué ha pasado con sus personalidades desde que murieron. No sé cuál es la historia individual de cada uno. Ellos me odian. Jamás podrán ser mis amigos porque lo único que quieren, es lo que yo tengo y ellos no, y si se los doy, creo no viviría para verlo.

Ellos dicen que si fallo, sólo será temporal, sólo vivirán algunos momentos como yo, pero yo no les creo. Realmente no tengo manera de saber que no se van a quedar con mi cuerpo. No sé qué pase después de que tomen control, podría convertirme yo mismo en uno de ellos. Sólo puedo imaginar lo miserable que debe ser su existencia. Es irónico. Su existencia me obliga a vivir mi vida más plenamente… y eso hace que ellos sean más miserables al ver todo lo que se están perdiendo de experimentar. O podría morir.

He vivido tantas cosas y todo ha sido por ellos. Gracias a ellos. Invité a salir a tres niñas gracias a ellos. Dos de ellas dijeron que sí. Tuve la valentía de cortarle a las dos gracias a ellos. Salí del clóset gracias a ellos. Me casé gracias a ellos. Toda mi vida se la debo a ellos. Me gustaría agradecerles pero no puedo. Morir no me importaría. Que se queden con mi cuerpo no me importaría. Por fin podría descansar y dejar de sentir esta culpa. Pero jamás querría ser como ellos; convertirme en uno de ellos. Y pensar que ellos murieron a los doce años, eran tan sólo unos niños. Mis nietos tienen esa edad. ¿Cuánto tiempo llevan así?

¿Estoy siendo egoísta? Yo ya viví mucho tiempo y he hecho tantas cosas en ese tiempo. Ellos sólo vivieron doce años. Si les doy mi cuerpo ahora, ¿qué tanta vida les estaría dando? Supongo que sería mejor que nada… Tal vez debería cederles mi vida... Uy.





Comentarios

Entradas populares