Epílogo a las elecciones

Las elecciones del 2021

El proceso electoral desde el punto de vista de un funcionario de casilla

Introducción

Este 6 de junio se celebraron en México, las elecciones federales, para la elección de los 500 miembros de la cámara federal de diputados, así como algunas alcaldías y gubernaturas alrededor del país. En estas elecciones, se distinguían dos coaliciones (alianzas políticas) y otros cuatro partidos políticos: la coalición “Va por México” compuesta por el PAN, el PRI y el PRD, la coalición “Juntos hacemos historia” compuesta por Morena, el PT y el Partido Verde, y como partidos independientes, Movimiento Ciudadano, Partido Encuentro Solidario, Redes Sociales Progresistas (en mi opinión, el partido con el nombre más extraño) y Fuerza por México. Estas elecciones fueron muy importantes puesto a que en ellas estaba en disputa la mayoría absoluta que tenía Morena en la Cámara de diputados, que la oposición le quería quitar para que López Obrador no pudiera hacer todo lo que quisiera, mientras que Morena quería llegar a los ⅔ en la cámara, para poder modificar la Constitución y posiblemente desaparecer al INE y alargar el mandato presidencial de AMLO. Ambos lados, Morena y la oposición, se caracterizan por una convicción impresionante y numéricamente, parecen ser bastante parecidos.

Elecciones divididas

En estas elecciones, para la mayoría de los votantes no importaba realmente el candidato por el que iban a votar tanto como el partido político al que pertenecían. Especialmente en estas elecciones, los votantes se dividían entre los que están a favor de Morena y los que no. Esta división fue increíblemente marcada, como se pudo ver en los resultados. Un porcentaje mínimo, casi despreciable de los votos, fue hacia los partidos que no formaban parte de ninguna coalición o a los candidatos independientes. Las coaliciones “Va por México” (el PRIAN) y “Juntos hacemos historia” (Morena y sus secuaces, el PT y el Partido Verde) se llevaron la gran mayoría de los votos

La falta de información

Mientras que en estas elecciones, el partido era más importante que el candidato, cabe destacar que por lo general, la información sobre los candidatos, no es tan accesible para el público general. Sería ideal que existiera una plataforma en la cual uno pudiera consultar el “menú” de las opciones de los candidatos por los que puede votar y cuál es la historia de cada un@ (qué experiencia tiene, qué cargos ha ocupado y qué ha hecho mientras ocupó dichos cargos, cuáles son sus posturas frente a algunos temas relevantes y cuáles son sus propuestas, etc.) para que se puedan tomar decisiones más informadas en elecciones próximas, que esperemos, sea menos polémicas y polarizadas que estas.

La desinformación

Seguramente, querido lector, le habrán llegado cadenas de whatsapp previamente a las elecciones, que decían que las boletas no estaban selladas y se iban a anular o que había que apresurarse para votar porque usando la excusa del COVID, no iban a permitir más de dos personas en la casilla al mismo tiempo y después de las 6pm no se iban a aceptar más votos. Estas cadenas eran falsas. Todas las boletas estaban selladas y mientras es cierto que como medida de prevención para el coronavirus, sólo se permitían dos votantes al mismo tiempo, como funcionario de casilla, les puedo decir, que hubo momentos en los que no había nadie votando, es decir, el tiempo no faltó; además, el INE dio instrucciones que la gente que estuviera formada para votar a las 6pm, tendría derecho de emitir su voto pero una vez que esa fila terminara, sería cuando se cerraría la casilla para empezar el conteo. El INE trató de desmentir esta información pero ya saben cómo pueden crecer las cadenas de whatsapp: como un incendio descontrolado. Y los mismos candidatos fueron culpables de esto, a la pos de la votación. En efecto, antes de que el INE hubiera finalizado el conteo de votos, los candidatos aparecieron en los medios, afirmando la victoria que todavía no tenían asegurada.

Mi experiencia

Si algo puedo decir de mi experiencia como funcionario de casilla, desde mi nombramiento hasta el momento en el que me despedí de mis compañeros funcionarios y me regresé a mi casa, es que el INE, así como tantas instituciones en este país, a pesar de ser mucho mejor que nada, tiene mucho que mejorar. Amo al INE, creo que es una parte fundamental de las elecciones y que es indispensable que funcione de la manera en la que funciona. Pero puede ser mejor. El hecho es que los empleados del INE son demasiado pocos y tienen demasiada responsabilidad. El encargado de mi nombramiento y mi capacitación, también era el encargado de la capacitación, de al menos otras 26 personas, puesto que él tenía a su cargo dos casillas, una de ellas doble. Es decir en una de ellas, en la que yo estaba, había una básica y una contigua, en la otra, no estoy seguro pero probablemente también. En cada casilla hay nueve funcionarios, un presidente, dos secretarios, tres escrutadores y tres suplentes.

No resulta sorprendente pues, que la capacitación que recibimos resultó ser escasa. El día de las elecciones, necesitamos el apoyo tanto de nuestro compañero del INE como el de un representante del IECM que estuvieron todo el día, corriendo (sí, a pie) de una casilla a otra porque todos los necesitábamos, debido a la complejidad de algunos casos que surgían como el de una persona cuya IFE (sí, IFE, no INE) había expirado y no estaba en la libreta del padrón electoral, o en el momento de llenar las actas… Ah, las actas, déjenme les platico de las actas.

Las actas

Desde que comenzamos a montar la casilla, había que llenar actas del INE. Los secretarios eran los encargados de esto, sin embargo todos los funcionarios así como los representantes de los partidos políticos teníamos que firmar cada acta. Había demasiadas actas. Había un acta de incidentes para reportar cualquier problema y había un acta de irregularidades; había un acta para poner cuántos votos había recibido cada partido y cada coalición en cada uno de los cargos por los que se estaba votando; había un acta para poner la hora en la que comenzamos a montar la casilla y otra acta para poner la hora en la que la desmontamos. Esto es, en mi opinión, no sólo un desperdicio de papel, porque todo el papel, las actas (que además vienen con repuesto), las boletas, los cuadernillos (ah, porque también hay cuadernillos para poner los resultados, ¿usted qué cree? ¿que con las actas y los carteles es suficiente?), los carteles, todo ese papel, se desperdicia, se quema en fuego, lo cual a mí me parece una falta de conciencia y de respeto al medio ambiente (porque además, todo venía envuelto en plástico) pero además de eso, también es una manera de complicar innecesariamente el proceso electoral para los funcionarios lo cual hace que nadie quiera ser funcionario de casilla. Y luego por qué al INE le faltan recursos.

El llenado de esas actas también es otro tema. Cuando necesitas preguntarle al profesor sobre el examen porque no entiendes las instrucciones, puede ser porque tú no entiendas, pero cuando nadie en el salón entiende, es porque las instrucciones no son claras. Así se sintió cuando estábamos leyendo algunos de los reactivos de las actas: como un examen que no entendíamos. Y lo peor, es que no se podían llenar con tinta azul. No me pregunten por qué, pero la tinta azul invalida toda el acta, por lo cual, tendrías que llenar una nueva desde cero en caso de poner una palabra en azul o en cualquier tinta que no sea negra. Por lo general, el INE manda dos copias de cada acta (de nuevo, desperdicio) por si alguien comete algún error, o si le tiran café encima (que casi nos pasa) pero nosotros tuvimos un error en ambas copias. En la primera, acomodamos mal los números y en la segunda, un representante de un partido, la firmó con azul. Para no hacerles el cuento largo, tuvimos que esperar hasta las 11:30 de la noche para conseguir un reemplazo del acta, llenarla bien, armar los paquetes para el INE e irnos a nuestras casitas a dormir. Lo bueno es que el INE le da dinero a los funcionarios para que compren comida durante la jornada, así que para esas horas, estábamos todos disfrutando unas sabrosas pizzas del Pizza Hut.

¿Qué creo yo que se debería hacer? Menos actas. En mi casilla se votó por alcalde, diputado federal y diputado local. Tres cargos. Tres actas deberían de ser suficientes. O cuatro si quieren una que sea un reporte general de la votación. Pero no más. y el color de la tinta no debería de importar. Al final del día, mandamos dos paquetes muy grandes, llenos de papeles y actas que realmente tenían la misma información puesta de distintas maneras. Hasta para el INE sería más fácil si sólo se mandaran esas 4 actas, los votos y el padrón electoral para corroborar la información, es decir, el conteo de votos.

El conteo de votos

Como ya lo mencioné anteriormente, en mi casilla, en realidad éramos dos casillas: una básica y una contigua. Esto quiere decir, que en una votaban las personas cuyo apellido comenzara con una letra entre la “a” y la “m” y en la otra, de la “m” a la “z”. Eso estuvo genial, porque agilizó mucho la votación. Había momentos en los que la fila de ambas casillas era muy larga, no me imagino cómo hubiera sido si todos los votantes tuvieran una sola casilla a la vez. Nos llenó de gusto ver a tanta gente que fue a votar. En nuestra casilla, el porcentaje de participación fue del 77% que históricamente, es muchísimo. Desde las 8 de la mañana ya había cola para votar. Eso estuvo genial. Pero regresemos al tema. La casilla estaba dividida. El problema estaba en que una vez que se registraba la persona en una casilla, tenía que votar en la mampara de esa casilla y depositar sus votos en las urnas de esa casilla forzosamente. Las casillas, las urnas, las mamparas, estaban juntas, era fácil confundirse, y hubieron confusiones. El problema fue que al momento de contar votos, esto también se tenía que hacer por separado, y las cifras no daban porque obviamente, a pesar de que siempre había alguien vigilando que todos votaran donde les correspondía, uno que otro depositó su voto donde no era y al momento de comparar el número de votos con las firmas en el padrón electoral, que también eran dos cuadernillos separados, uno para cada casilla, los números no daban. Esto se hubiera resuelto si el conteo de votos, lo hubiéramos hecho entre las dos casillas juntas, pero no. Cada casilla debía llenar sus propias actas con sus propios resultados por separado. De nuevo, cosas que podrían mejorar.

El conteo de votos en sí estuvo divertido. Sacamos uno por uno, cada voto de las urnas, diciendo en voz alta el partido señalado en cada boleta y lo acomodamos en un mantel de papel que tenía señalado un espacio para acomodar justamente las boletas, divididas según el voto. Después contamos cuántos votos recibió cada partido y registramos los resultados, siempre bajo el escrutinio de los representantes de los partidos políticos, quienes a pesar de estar muy (tal vez demasiado) atentos y pendientes de que no se cometiera ningún error, siempre se mostraron bastante respetuosos e incluso amables con nosotros. Creo que entendían que nosotros también somos ciudadanos normales como ellos y que sólo estamos haciendo nuestro trabajo de manera imparcial, independientemente de nuestras opiniones políticas.

Mis compañeros de casilla

Llevo un año y medio tomando clases en línea. Mientras reconozco y agradezco a mis profesores todos los proyectos en equipo que nos dejaron, no me había dado cuenta de lo mucho que extrañaba trabajar manualmente con otras personas presencialmente. Eso fue parte de lo que me gustó. Además, me tocaron puros tipazos como compañeros de casilla. Todos increíblemente amables y hasta chistosos. Gracias a ellos, a su actitud, a su disposición y a su voluntad por hacer bien su trabajo, me la pasé muy bien en lo que fue no sólo mi primera vez como funcionario sino también en mis primeras elecciones.

Me tocó la experiencia completa. Madrugamos para armar la casilla. Estuvimos todo el día trabajando, gran parte del tiempo al rayo del sol (gracias a la que clavó los cuchillos en la tierra). Nos quedamos hasta las doce de la noche. Estuvo cansadísimo. Me encantó. Hice amigos, aprendí muchísimo, vi gente que tenía rato sin ver, ayudé a gente que no sabía cómo votar o que tenía dificultades para hacerlo (nos tocaron algunas personas en silla de ruedas y varios señores mayores que andaban con bastón), en fin, quedé muy contento y satisfecho y definitivamente lo volvería a hacer.

Los resultados

Como mencióne anteriormente, los votos se los llevaron las dos coaliciones principalmente, salvo algunos de movimiento ciudadano que además ganaron la gubernatura de Nuevo León, lo cual causó polémica pues su candidato no es ningún otro que Samuel García, quien se volvió famoso por ordenarle a su esposa que no “enseñara tanta pierna” en un vídeo en el que aparecían comiendo costillitas, y luego por decir que había tenido una infancia muy difícil puesto que su padre lo obligaba a jugar golf. Habiendo dicho eso, pasemos a los diputados.

Morena como partido, perdió la mayoría absoluta en la cámara de diputados, aunque, su bloque, “Juntos hacemos historia” si se mantiene unido, sí la consigue. Morena tiene 197 diputados, el Partido Verde, 44 y el PT consiguió 38. Sin embargo, aún en coalición, no consiguieron la mayoría calificada (es decir, los ⅔ de la cámara necesarios para cambiar la Constitución y deshacerse del INE). De la coalición “Va por México”, el PAN quedó con 111 diputados, el PRI con 69 y el PRD con 17 según el INE. Los otros 24 diputados de la cámara, son de Movimiento ciudadano.

Se podría decir que la oposición ganó esta batalla aunque la guerra todavía no termine. Y sí es una guerra.En la Ciudad de México, el mapa quedó claramente dividido entre estas dos fuerzas opositoras, ambas de las cuales dicen querer mejorar el país, ninguna de las cuales está dispuesta a trabajar con la otra. Los memes no tardaron, la mayoría de ellos clasistas, y aunque no nos hayamos dado cuenta, hay que reconocer que esos memes sólo nos están dividiendo más en un momento en el que todos los mexicanos, independientemente de por quién hayamos votado, tenemos que unirnos y trabajar juntos para mejorar el país.

Conclusiones: la importancia del INE y de la autonomía

Como usted, querido lector, seguramente sabe, el INE, antes IFE, es un instituto autónomo del gobierno, es decir que mientras depende del financiamiento del gobierno, opera de manera completamente independiente. Desde el año 1990, es la máxima autoridad administrativa en materia electoral en México. Recordemos que en las elecciones del 1988, cuando estas todavía eran manejadas por el gobierno, mientras que todo apuntaba a que ganaría el candidato del PARM, Cuahutémoc Cárdenas, en el momento decisivo, hubo una sospechosa caída del sistema, tras la cual, sin que nadie supiera muy bien cómo, resultó electo Carlos Salinas de Gortari, el candidato del PRI, que se mantuvo 70 años en el poder con un sistema apodado como “el dedazo” en el cual, cada presidente escogía arbitrariamente a su sucesor. ¿ven a qué voy con todo esto? Antes de que existiera el IFE, ahora llamado INE, las elecciones no eran realmente democráticas porque al ser controladas por el gobierno, este podía manipularlas para ser el que al final del día decidía el resultado. Si no se lo habían preguntado antes, por favor, háganlo ahora: ¿por qué creen que López Obrador quiere desaparecer el INE?

El INE tiene mucho que mejorar. Pero es mejor que la alternativa.



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