Trailers, teasers, clips

La industria del cine ha crecido mucho más de lo que los hermanos Lumière, los primeros en proyectar una película en una sala con varias personas, se pudieron haber imaginado. Cuando ellos proyectaron por primera vez su célebre película del tren llegando a la estación, los que fueron a verla no tenían ni idea de a qué se estaban metiendo. Tan era así que pensaron que el tren los iba a atropellar y se espantaron. Hoy en día, además de que la gente ya sabe lo que es una película y que lo que ve en la pantalla, no es precisamente real, antes de que salga una película en el cine, uno puede buscar en Internet cuál es la trama, quién interpreta a los personajes, puede darse una idea del ambiente de la película e incluso puede conocer las escenas más visualmente atractivas y los mejores chistes.

Verán, los estudios de películas quieren (lógicamente) que la mayor cantidad de gente posible vea sus películas, pero ¿cómo lograr eso si nadie sabe nada de ellas? Ahí es donde entra la publicidad. Se buscan maneras de promocionar la película para que la gente la quiera ir a ver y la vaya a ver. La diferencia entre la publicidad de una película y cualquier otro producto como una aspiradora, un jabón de trastes, un chocolate o un perfume, es que con las películas, no tienes a una persona que te explique qué es lo que te está tratando de vender y por qué lo tienes que comprar sino que simplemente son cachos de escenas de la película editados para generar emoción, intriga y atracción en quién lo vea. 

El problema es que para que funcione, el vídeo tiene que ser visualmente atractivo y tiene que comunicar de manera general, de qué va la película y los estudios, obsesionados con la idea de que todo el mundo esté vuelto loco por su película, retacan los vídeos con las mejores escenas, las mejores peleas, los mejores chistes y hasta las mejores revelaciones arruinando así esa sensación de sorpresa y maravilla que dichas escenas pudieron haber provocado. 

Hablemos de ejemplos concretos: la película de Marvel, Civil War fue genial por muchas razones, una de ellas (alerta de spoilers) es porque fue la primera película del MCU (Marvel Cinematic Universe) en la que saliera Spider-Man. Todo el mundo en esa época sabía que Marvel estaba en negociaciones con Sony para poder sacar a Spider-Man en las películas del MCU porque hasta ese momento, Sony tenía los derechos de Spider-Man y Marvel no podía hacer nada con él. Y meses antes de que saliera la película, Marvel sacó el segundo trailer de Civil War que acababa con Spider-Man robándole el escudo a Capitán América, una de las mejores escenas de la película y una revelación tremenda para los fanáticos como yo. A nadie nos gusta que nos espoileen las películas y aunque en ese momento no nos dimos cuenta, Marvel acababa de espoilearnos algo inmenso de su película. Yo sólo digo, imagínense haber ido al cine sin saber que verían a Spider-Man. Imagínense estar sentados en la sala preguntándose de quién habla Tony cuando dice que conoce a alguien y de pronto ven que está en Queens y que hay un chavo como de 15 años. Imaginen la sorpresa, la emoción. Para ponerlo delicadamente, yo me hubiera hecho popo.

Por eso ahora, yo me niego rotundamente a ver cualquier cosa que vaya más allá del póster de una película nueva (y en ocasiones evito incluso eso), porque sólo arruinan la película, elevan mis expectativas pero más que eso, me dan expectativas. Cuando ya sabes lo que vas a ver, se vuelve mucho más difícil sorprenderse y eso para mí, arruina la experiencia

Eso es todo por hoy, hasta la próxima.



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