Caño Cristales y el Desierto de la Tatacoa

Cuando estaba en Bocas del Toro y empezaba a planear lo que haría en Colombia, me dí cuenta de que no estaría trabajando en un hostal de Workaway, ya que de todos los que había contactado, sólo uno me había contestado que no les sería posible recibirme. Y cuando llegué a esa conclusión, todos mis planes cambiaron radicalmente. De pronto ya no había necesidad de quedarme en un solo lugar durante un mes, pero sí tenía que investigar sobre qué cosas iba a querer ver. Así que me puse a investigar. Y en la lista de Tripadvisor de 25 cosas que hacer en Colombia, me enamoré de dos lugares que no estaban en la lista de cosas que hacer en Colombia de David: Caño Cristales y el desierto de la Tatacoa.

Aunque no estuvieran en su lista, bastó con enseñarle las fotos a David para que estuviera de acuerdo con que esos dos lugares tomarían cierta prioridad en nuestro viaje. Ya en Medellín, donde hicimos nuestra base, decidimos ponernos a investigar cómo llegar a estos lugares y cómo hacerle para conocerlos bien. Teníamos planeado ir primero al desierto a principios de Diciembre y luego ir al río justo antes de que yo me regresara a México el día 8 de diciembre. 

Caño Cristales, el río de los cinco colores

                            

Para empezar, déjenme les explico lo que es Caño Cristales. Es un río. Bueno, es un parque y tiene un mega río o mejor dicho, varios ríos. Y lo que hace especial a estos ríos es que de las rocas que están cerca a la superficie, crecen plantas llamadas Macarenia clavigera, que sólo crecen en esa región y cuya flor se torna de colores distintos según la cantidad de luz solar que reciben. Pueden ser rojas, rosas, moradas, verdes o amarillas y eso le da la impresión al río de ser de cinco colores distintos al mismo tiempo. Sobra decir que es un lugar espectacular.

David y yo queríamos ir en diciembre. Curiosamente, en la página oficial no se puede reservar nada, todo se hace por Whatsapp. Los contactamos, antes que nada para preguntar si podíamos visitar el río por nuestra cuenta porque los precios de los paquetes que ofrecen ellos, sí estaban algo elevados. Pues que no, no se puede. Para ir a Caño Cristales, tienes que contratar uno de los paquetes descritos en la página oficial. Pues nimodo. A continuación preguntamos sobre fechas. Y encontramos otro problema

Resulta que Caño Cristales sólo está abierto entre Junio y Noviembre, porque el resto del año, deja de llover y el río se seca debido al calor. Este año, el parque cerraba el 22 de noviembre. Pues decidimos ir el 20, 21 y 22 a pesar de las advertencias de que ya estaría un poco seco para estas fechas. Sí, nos llamaron varias veces desde Caño Cristales para asegurarse de que sí estuviéramos enterados de las condiciones del río antes de estar seguros de querer ir. Pero quién sabe cuándo volveríamos a Colombia si es que algún día fuéramos a regresar.

Apartamos las fechas. Todo se hacía por Whatsapp lo cual nos hacía sospechar un poco. Parecía un método tan poco legítimo para una transacción tan grande, El pago lo teníamos que depositar en una cuenta de banco que nos dieron. David bromeaba con que yo me había inventado Caño Cristales, que en realidad el lugar no existía, que había armado la página de Internet a manera de estafa para sacarle dinero. Yo no le dije que mi papá le preocupaba lo mismo sobre David. Pero afortunadamente, ese no fue el caso.

Ahora, un par de cosas que tienen que saber sobre Caño Cristales: la primera es que está en la región de la Macarena y supuestamente, para entrar a esa región así como para entrar a varias otras regiones de Colombia, se necesita la vacuna contra la fiebre amarilla y que hayan pasado al menos 10 días desde que se puso dicha vacuna. David y yo nos la tuvimos que poner en Medellín justo 10 días antes de ir a Caño Cristales. En Medellín te la ponen gratis si y sólo si llegas a las 7:30am a la clínica con evidencia impresa de que vas a visitar algún lugar donde la pidan. Si np, te cobran como 40 dólares, lo cual a mí me parece un abuso.

La segunda cosa que tienen que saber sobre Caño Cristales, es que es un lugar remoto, en medio de la nada. No puedes llegar en coche. Para llegar tienes que tomar una avioneta en la que no caben más de seis personas y en la que no les importa lo que lleves en tu maleta de mano (yo llevaba mi navaja suiza en mi mochila, pasó por los rayos x y no me dijeron nada) desde Villavicencio que es un pueblito que de por sí está en medio de la nada. Para llegar a Villavicencio, hay que tomar un camión desde Bogotá. Y nosotros estábamos en Medellín. Así que para acortar el viaje, lo dividimos. El 18, tomamos un camión de Medellín a Bogotá (10 horas) y dormimos en las cápsulas de descanso que tienen en la terminal de buses. El 19 tomamos un bus a Villavicencio (7 horas) y nos quedamos una noche ahí en un hotel baratísimo y bastante bueno. Y el 20 temprano, fuimos al aeropuerto donde, después de llamarnos una última vez para advertirnos que el río estaría seco, nos treparon en una avioneta de seis personas contando al piloto, que nos llevó a La Macarena (1 hora) donde nos encontramos con nuestro guía que nos acompañaría durante la aventura.

                                                                               *El David y yo en la avioneta.

El paquete de tres días y dos noches incluye caminatas con un guía que te explica sobre la flora y fauna de la región y te lleva a lugares donde puedes nadar, tres comidas al día y dos noches de hospedaje en un buen hotel además de los boletos de avioneta desde Villavicencio. En mi opinión, valió la pena. Sí nos tocó más seco que como se ve en las fotos de internet, pero aún así, lo vimos precioso. Las vistas son espectaculares, las caminatas agradables, el agua del río, refrescante y la información que nos dio el guía, interesante. Y el alivio de que a pesar de los métodos de pago tan poco ortodoxos, no haya sido todo una gran estafa, lo hizo mejor. Pero, todo lo bueno tiene que terminar y no tardamos en tomar la avioneta de regreso a Villavicencio.

Dos taxis y un bus después, estábamos en Bogotá, listos para emprender el viaje al desierto de la Tatacoa.

El Desierto de la Tatacoa 

                         

El proceso para apartar las fechas para el desierto fu bastante similar al del río. Visité la página de Internet, conseguí el número de Whatsapp, pedí información, pregunté fechas, no se podía en las fechas que queríamos, cambiamos de fechas, hicimos un depósito con miedo a que nos fueran a estafar y recibimos confirmación. El Desierto de la Tatacoa también es un lugar remoto, en medio de la nada. Está junto al pueblito de Villavieja. Para llegar a Villavieja, no hay un camión directo desde Bogotá, no. Tienes que tomar un camión de Bogotá a Neiva que queda más lejos de Bogotá que Villavieja, y luego de Neiva, otro camioncito a Villavieja.

Pues eso hicimos. Nos quedamos una noche en Villavieja en un hostal bastante bueno y al día siguiente, un tuktuk nos llevó al desierto. Nos quedamos una noche en el hostal que hay en medio del desierto que por cierto, no es un desierto, es un bosque tropical seco. Igual que con el río, el paquete incluía hospedaje, comida, caminatas guiadas, transporte, entrada a algunos museos y una visita al observatorio que si las nubes lo permiten, incluye el uso de los telescopios (estaba SUPER nublado cuando fuimos pero la plática en el observatorio estuvo fascinante). Realmente, del desierto no tengo gran cosa que platicar, pero sí les puedo decir que 1. vale cañón la pena, es un lugar impresionante y 2. que me gustó más el desierto que el río. No sé por qué. El río es más impresionante, es más aventura, ves más animales y puedes nadar, y llegar en avioneta es divertidísimo. Pero me gustó más el desierto. 100% recomiendo ambas experiencias.







* El valle de los dementores






Comentarios

  1. Crees que probablemente si hubieras ido en otra época te hubiera gustado más el río?

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  2. Crees que probablemente si hubieras ido en otra época te hubiera gustado más el río?

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