Ramadán

Dos días antes de volar a Egipto, David se puso a investigar sobre cosas con las que deberíamos de tener cuidado una vez allá. Descubrió que ese mismo día, viernes primero de abril comenzaba Ramadán, una celebración musulmana que duraría todo el mes de nuestra estancia y durante la cual, entre otras cosas, los musulmanes tienen prohibido vender alcohol. Al mismo tiempo, yo estaba aplicando para la e-visa, preocupadísimo de que no me dejaran salir de India. Así que cuando David me dijo "Creo que vamos a tener otro problema estando en Egipto", admito que no le contesté con el mejor de los tonos cuando le pedí que se explicara. David me dijo simplemente "Es Ramadán" como si eso fuera explicación suficiente y yo, siendo el ignorante que soy de todo aquello que sucede fuera de mi contexto, le pedí de la manera menos educada que me dijera qué significaba eso.  

Breve paréntesis para los que no lo saben: yo no tomo. No es que nunca beba alcohol, no es una regla que mantenga, pero lo consumo tan raramente y en cantidades tan pequeñas que para fines prácticos, yo no tomo. Así que cuando me dijo que Ramadán significaba que no podríamos comprar alcohol, perdí mi paciencia. Le dije que esa era la menor de mis preocupaciones en el momento y creo que captó que estaba de malas porque no volvió a mencionar Ramadán hasta que tres días después, después de salir del aeropuerto de Cairo y de conseguir transporte a Marsa Matrouh (una playa en el norte de Egipto donde haría un workaway por 15 días), cuando una señora me vio feo por estar comiendo una bolsa de papitas (Doritos para ser más específico). 

Cuando digo "me vio feo" quiero decir que me echó una mirada de indignación, desaprobación y reproche a la que yo sólo puedo aspirar lograr algún día; una mirada que inmediatamente me comunicó que yo algo estaba haciendo muy mal con mi vida. La señora no sabía que yo quería estudiar historia, así que eso no era; el problema no podía ser que yo fuera extranjero porque, David también era extranjero y él es más evidente que yo pero esa mirada estaba claramente dirigida hacia mí. Era específica y personal. 

Le pregunté a David si sabía de qué se trataba eso y me dijo como si fuera obvio: "estás comiendo". 

Decidí preguntar lo obvio: "¿Y?"

"Es Ramadán" de nuevo, como si eso fuera explicación suficiente. No lo era porque el tarado de su servidor, había callado a David la vez pasada que David había tratado de explicarle Ramadán.

"¿Y eso qué significa?" pregunté tratando de ponerle toda la humildad e inocencia del mundo a mi tono de voz.

David me echó una mirada que claramente decía "¿ah verdá? ¿No que no?" y me explicó lo que es el Ramadán.

Verán Ramadán es un periodo de purificación para los musulmanes. Es un tiempo para ser la mejor versión de ellos mismos. Durante Ramadán, los musulmanes ayunan, no comen ni beben nada desde el amanecer hasta el atardecer, no tienen relaciones sexuales, no venden alcohol... básicamente, abandonan toda participación de cualquier vicio o placer carnal que se les pueda ocurrir salvo dormir tal vez. Al atardecer, los musulmanes se juntan con sus amigos y/o su familia para romper su ayuno con un delicioso y generoso festín y comparten su comida con quienes puedan. Fueron como cuatro veces que, a la hora del atardecer, alguien me dio de su comida sin siquiera decir una palabra, simplemente me dio comida a la hora del atardecer porque yo no tenía en ese instante. Una de esas veces, fue la señora que me vio feo, porque para el atardecer, yo ya me había comido mis Doritos, y a pesar de mi insolencia, me dio uno de sus pocos dátiles y una sonrisa para que la acompañara en el rompimiento de su ayuno.

Siguiendo la filosofía de When in Rome, do as the Romans decidí que yo también ayunaría durante mi estancia en Egipto y a partir de mi segundo día, no comí nada desde el amanecer hasta el atardecer. En dos ocasiones tuve que tomar agua para evitar deshidratarme en medio del desierto pero fuera de eso, tampoco bebí durante el día. Eso les cayó bien a los egipcios.

Otro dato importante sobre Ramadán: no siempre cae en las mismas fechas. Como los musulmanes siguen un calendario diferente (lunar me parece), la fecha del Ramadán varía cada año (aunque siempre es el noveno mes del calendario islámico). Opino que fue una fortuna que haya coincidido con el tiempo de mi visita a pesar de que David se haya molestado por la falta de alcohol, pues nos dio un vistazo mucho más puro y auténtico a la cultura egipcia además de ser una experiencia nueva para mí que nunca antes había ayunado.

Mi huésped de workaway nos invitó varias veces a romper el ayuno con él, al igual que el dueño de una tienda al que le caímos bien y déjenme decirles que esas fueron las mejores comidas que tuve en Egipto.



En la tienda de Frank.

Carne de camello.



En el Workaway con mi huesped, Faraj y los demás voluntarios.


La comida estaba deli.


Comentarios

Entradas populares