Envolturas de chocolate

Me encontré con un pequeño cuentito que escribí hace tiempo y me gustó para compartirlo por acá. Disfruten.

Las repisas estaban cubiertas de pajaritos hechos a mano a partir de envolturas de Ferrero Rochers que le habían dado a Gerardo de cumpleaños. Eran buenos chocolates, tal vez no los mejores pero lo suficientemente elegantes como para que la gente sintiera que era un regalo de verdad. Gerardo llevaba ya varios anos fingiendo tener una ligera y saludable obsesión con los Ferrero Rochers. Era muy conveniente porque lo hacía tan evidente que cuando venía su cumpleaños o Navidad, todos sabían qué darle y, si jamás alguien dudaba de lo suficientemente bueno, si alguien pensaba que Gerardo se cansaría de recibir chocolates, era porque nunca habían visto su cara al recibirlos. Gerardo armaba tal espectáculo al "descubrir" regalos que quien lo viera no pensaría en regalarle otra cosa. Era así como Gerardo evitaba regalos incómodos como suéteres o rompecabezas que  nunca iba a armar o libros que nunca iba a leer y nunca se sentía mal de que le dieran un regalo porque no es como que se gastaran una fortuna en sus chocolates que la mayoría de sus familiares le daban nada más para cumplir con esa noción de "deber" dar un regalo en el cumpleaños o en Navidad. 

Pero lo mejor de este sistema que tenía Gerardo, era que nadie se podía quejar cuando al recibir de su parte una caja de sus chocolates favoritos. Gerardo conocía los chocolates favoritos de todos. Tenía un cuaderno, o más bine una agenda, en la que anotaba los cumpleaños de sus amigos y familiares y sus respectivos chocolates favoritos (o dulces en caso de que la persona en cuestión no le gustara el chocolate). Era muy conveniente para Gerardo no tener que pensar qué dar de regalo a la gente ni tener que gastar mucho dinero en esos regalos. Le permitía disfrutar las festividades sin nada del estrés que implicaban. 

Nunca tuvo que elevar el nivel de sus regalos porque nadie le regalaba algo que no fueran Ferreros. Por eso alrededor de la época navideña y en Febrero que era su cumpleaños, nunca le faltaba el chocolate, que aunque el amor que fingía sentir por él era altamente exagerado, seguía disfrutándolo enormemente. Le divertía mucho además, al acabar chocolates, usar las envolturas moldeables de papel aluminio para hacer figuritas de pajaritos o mejor dicho, de aves en general, ya que su colección tenía una gran variedad y con el avance del año, se iba despidiendo de sus pajaritos pues las usaba como decoración de la envoltura de los regalos que él mismo daba. Tenía cierto talento para hacer sus pajaritos que resultaban ser muy lindos detalles. Y así era cómo se cerraba el ciclo, pues Gerardo tenía cuidado de que los pajaritos fueran hechos con las envolturas de los chocolates que le habían dado el destinatario.

Ojalá les haya gustado. Escriban cuál es su chocolate favorito en los comentarios (el mío es el twix). Si lo ponen como anónimo, mándenme un mensaje diciéndome quiénes son que si no, derrota el propósito del ejercicio.