¿Mi talento es real?

A veces sucede que uno pasa su vida persiguiendo su pasión, haciendo lo que le gusta, algún arte, algún deporte; puede que hagas música, que dibujes, que actúes, que escribas... Y con la práctica, probablemente desarrolles un talento dentro de tu disciplina, al menos un talento superior a la persona promedio, pero seamos honestos: con dedicarle tantito tiempo y esfuerzo, puedes llegar a ser más talentose que la persona promedio porque la person promedio ni siquiera intenta hacer lo que tú estás haciendo.

De pronto alguien ve lo que estás haciendo: un dibujo, una obra, una audición, una canción o un fragmento de una, un poema, un video, una crónica sobre el temblor del 2017. Y esta persona se impresiona. No sabía que tenías ese talento, esa pasión. Te felicita. Le encanta tu trabajo y opina que tienes un verdadero talento. Y se siente bonito, pero sólo es una persona que además es cercana a ti así que probablemente no quiere herir tus sentimientos.

Pero un día decides compartir tu trabajo, publicarlo de alguna manera y te llueven los comentarios positivos. Te lo empiezas a creer: tienes un talento especial. Pero sigue existiendo esa gota de duda porque toda esta gente no está dentro del medio; toda esta gente no tiene ni idea de contra quiénes estás compitiendo ni de todo lo que te falta para poder tal vez dedicarte a eso que tanto te gusta. Tú empiezas a darte una idea al entrar en el medio y ver lo que otras personas están creando o haciendo. ¿Cómo te puedes comparar con esos artistas profesionales, con esos gigantes? ¿Cómo puedes competir contra eso? Pero bueno, al menos hay gente a la que le gusta tu trabajo.

El verdadero golpe viene cuando ves que esa gente que te llenó de cumplidos, llena a alguien más de cumplidos. Alguien que está entrando en lo mismo que tú o que ya estaba ahí desde antes, alguien que practica tu misma disciplina y que tú sabes, simplemente sabes, en lo más profundo de tu ser, sabes que no lo hizo tan bien como tú. Sabes que eres mejor. Tú encontraste errores en su trabajo. Pero los cumplidos son los mismos. De parte de las mismas personas. Nadie más notó los errores o si sí los notaron, nadie los mencionó, nadie los corrigió. Y ahí es donde te empiezan a entrar las dudas.

¿Cuántos errores habrás cometido tú sin que nadie te los corrigiera? ¿sin darte cuenta? ¿Son válidos esos cumplidos que te llovieron? ¿O sólo es gente que te quiere tratando de ser amable? Y si realmente les gusta su trabajo, ¿quiénes son para juzgarlo? A fin de cuentas, el tuerto es rey en el país de los ciegos. ¿Será que con haber hecho algo medianamente bueno logras apantallar a la gente que por no estar empapada en el medio como tú o como los profesionales, no pueden darse cuenta de tus carencias? Y entonces entra la peor duda de todas: ¿mi talento es real? 

Pues yo les voy a decir: no lo sé. Auténticamente puede que no lo sea, al menos, no lo suficiente para que se dediquen a eso que tanto les gusta, pero ¿saben algo? Eso no significa que no puedas mejorar y eventualmente llegar a un punto donde te gustaría estar. Sé que existe gente sumamente talentosa, que vive de su talento y que duda del mismo. A mí me sirvió mucho saber que Neil Gaiman, uno de mis autores favoritos, tiene este tipo de problemas

Las dudas no desaparecen, pero no estamos soles para lidiar con ellas. Puede que no seamos tan talentoses como nos gustaría ser o puede que seamos de lo mejor que hay, pero estoy dispuesto a apostar a que somos mejores de lo que pensamos. Y puede que aún echándole ganas nunca podamos vivir de nuestras pasiones, pero algo que sí me consta es que si no lo intentamos, definitivamente no lo vamos a lograr. Así que sigue intentando, sigue practicando, sigue siguiendo a los que sí le saben para aprender de elles, sigue entrando lo más posible dentro del medio, rodéate de gente que comparta tu pasión y sigue mejorando. Total, es lo que te divierte, ¿no? Trata de disfrutarlo y no preocuparte demasiado (aunque sé que es inútil decirlo y que de todas maneras te vas a preocupar, te conozco).

Por cierto, NO ME CITEN, pero creo que a esto se le llama el síndrome del impostor. ¿Saben qué? Lo voy a googlear rápido, sólo para estar seguro. (5 minutos después [*léase con acento francés]) Pues hasta eso creo que no estoy tan alejado, ¿eh? Aquí pueden leer sobre el síndrome del impostor.



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