La compulsión de la gente de tratar de ayudarte a resolver tus problemas cuando mencionas que los tienes



Pues como frecuentemente me sucede, era domingo, tenía que subir una entrada y no tenía ni idea de qué iba a escribir. Una cosa que sí sabía era que entre más temprano me pusiera a escribir, más temprano acabaría y eso significaba que no me podía quedar tanto tiempo platicando en la sobremesa de la cena. Cuando les dije que me tenía que retirar porque tenía que escribir una entrada que ni tema definido tenía porque nadie había contestado la cajita de preguntas en Instagram esta semana, todos, muy amablemente comenzaron a sugerir posibles temas. La cosa es la siguiente: es muy raro y muy difícil que alguien me sugiera un tema que me inspire en cuestión de minutos. Yo necesito más tiempo para pensar en el tema del que voy a escribir, haber pensado ya un rato sobre el tema. No puede ser un tema del todo nuevo para mí. Por eso pregunto desde el viernes y por eso rechacé casi todas las propuestas de mi bienintencionada y querida familia. Eran buenos temas pero eran completamente nuevos. Para algunos hasta tenía que investigar y a la una de la mañana, eso es lo último que se me antoja hacer. Yo sé esto y por eso ni les pedí que me dieran ideas pero ellos me las dieron aún así porque son amables y no me quieren ver en una situación incómoda y también sospecho que hay un egocéntrico deseo que todes compartimos por ser el héroe de la otra persona.

Ahora, yo no sé ustedes pero a mí me pasa seguido que si tuve un día largo en la universidad, si tengo mucha tarea, si los niños del campamento anduvieron difíciles o si me duelen las piernas por haber corrido, lo único que quiero es quejarme amargamente de la vida con alguien y que me digan algo así como "chale, qué gacho". Que me escuchen, que me ofrezcan sus condolencias, que me digan que están de acuerdo, que qué terrible está mi situación y que pobrecito de mí. A veces. Otras veces quiero silencio y un abrazo. ¿Pero saben qué es lo que no quiero? Que me resuelvan mis problemas. En parte porque son los problemas que me gusta tener y que yo escogí tener al elegir mi carrera y al tomar otras decisiones de vida pero en parte también porque no tengo ganas de ser optimista en el momento y ya conozco la solución y luego me pondré a trabajar en ella pero por el momento sólo me quiero desahogar.

Me pasa igual de seguido que alguien me ofrece consejos que no pedí como que yo caigo en este mismo error, tratando de resolver problemas ajenos, sugiriendo soluciones cuando nadie preguntó por ellas. Es normal pero creo que es algo que vale la pena trabajar porque es molesto para todos. Así que cuando mi mamá sugirió que escribiera mi blog sobre la "compulsión de la gente de tratar de ayudarte a resolver tus problemas cuando mencionas que los tienes", supe que le había dado en el clavo y claro que sí, de eso la escribí.

Así que ya lo saben, mis querides lectores, normalicemos preguntar si la persona que se está quejando está buscando soluciones, oídos o abrazos y no nos ofendamos con la respuesta. Ojo que otra respuesta perfectamente válida es querer un rato a solas. No siempre tenemos que ser la solución. También ayuda el que no estorba. Y también. De vez en cuando, dentro de esas soluciones que no queremos, que nunca pedimos, puede que haya algo valioso así que vale la pena escuchar. Gracias mamá :)


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