La innecesaria hiperlactancia verbal



Ya llevamos tres semanas del nuevo semestre y con el regreso a clases, el duro cubetazo de agua fría que es la realidad y con la falta de disciplina para administración de tiempo que se percibe como dificultad para mantenerle el ritmo a las clases, vienen quejas de las metodologías que siguen mis profesores y su audacia por no adaptarse completamente a mis necesidades. Qué falta de respeto y consideración (por favor entiéndase que es broma). Pues bien, vayamos a esas quejas en cuanto a los métodos de mis profesores.

La primera queja, y esta la tengo desde los semestres pasados, es la de las lecturas. Muchas clases si no es que todas, dejan de tarea lecturas. Son lecturas extensas, complejas, con conceptos abstractos y lenguaje pesado. Y las tienes que leer en casa porque la próxima clase la van a comentar. Dos lecturas de 50 cuartillas (a veces más, a veces menos) cada semana en cada materia. Y uno no puede más que cuestionarse: ¿Para qué hacer la lectura si de todas maneras se va a explicar en clase? ¿Para poder participar en la discusión? Okey, pero entonces sería útil que haya una pregunta a discutir, para que se pueda buscar esa respuesta en el texto y darle un enfoque, algo que buscar en la lectura y no sólo pasar los ojos sobre las letras sin realmente adquirir ningún conocimiento. Porque como son siente materias que dejan tantas lecturas, se van acumulando y no hay el tiempo para dedicarles la atención que merecen. Ninguna materia es única y los profesores parecen olvidarlo. Pero al mismo tiempo, estas lecturas tan extensas y con un léxico tan sofisticado que resulta incomprensible en ocasiones, sí enriquecen mucho la comprensión de conceptos, la participación en clase y por lo tanto el proceso de aprendizaje. 

Mi segunda queja es sobre una vez que se hizo la lectura y se llega al salón de clases y se discute la lectura, el o la profesor o profesora habla con un vocabulario verdaderamente hiperlactante y con eso me refiero a que no parecen poder explicar de manera simple el tema que están exponiendo. Tienen que hacerlo de la manera más compleja posible y después de salir de clase, los estudiantes se dan cuenta de que muches no entendieron nada y al preguntar, nadie encuentra una manera sencilla de explicar. Me cuestiono pues, si verdaderamente se entiende lo que se está explicando si no se puede explicar en términos simples. Sin embargo, creo que es necesario estudiar estas ideas complejas. Concretamente en mi carrera estamos viendo teoría de la Historia, filosofía de la Historia e historiografía del siglo XIX. En otras palabras, estamos viendo las respuestas que han dado varios autores a las eternas preguntas "¿qué es Historia?", "¿Para qué es la Historia?", "¿Cómo es la Historia?", "¿Cómo debe ser la Historia?" y sobre todo "¿Por qué?". Y claro, estas preguntas se responden a través del tiempo de manera diferente y en mi carrera vemos textos que reúnen o tratan de reunir las respuestas que se han dado desde que existe la pregunta, cada vez alcanzando un mayor grado de complejidad que por un lado, se siente muy pro e intelectual y por otro lado, genera problemas emocionales y momentos de crisis existenciales. 

Mi propuesta (porque todas las quejas deben de ir acompañadas de una propuesta) sería entonces reducir las lecturas a una por semana por clase y acompañarlas de preguntas guías para que los estudiantes puedan buscar algo en las lecturas y no solamente las lean y subrayen lo que consideran interesante o las palabras clave porque al final acaban subrayando todo el texto, lo cual no sirve de nada o no recuerdan por qué subrayaron lo que subrayaron. Y claro, que se busque explicar las cosas de la manera más simple posible si lo que quieres es que te entiendan.

Entiendo la necesidad de estudiar estas concepciones. Uno debe de entender lo que ha existido para entender lo que existe para poder decidir si está de acuerdo o no y para poder hacer un cambio y que ese cambio sea para lo mejor. Pero llega un punto de incomprensión en el que no puedo más que dudar si está sirviendo de algo mi esfuerzo o si sólo estoy pasando mis ojos a través de la página, recorriendo palabras sin asimilar conocimiento. Bueno. Ahí lo dejaré por hoy, me iré a leer otra de esas lecturas aburridas.

He aquí algo que escribí en una clase en la que no estaba entendiendo nada y que inspiró esta entrada (no lo tienen que leer si no quieren):

Antes de poder crear ideas nuevas sobre un tema, antes de poder reflexionar y debatir respuestas a problemáticas complejas, hay que saber qué ideas existen ya, en parte para que nuestras propias ideas no sean repetitivas y en parte para poder construir algo mejor de lo ya existente. A lo que estoy tratando de llegar es a que se tiene que estudiar y analizar a los filósofos del pasado y sus ideas antes de poder generar ideas filosóficas originales, pero frecuentemente estas ideas son explicadas de manera muy abstracta y complicada, sin embargo, antes de poder explicar un concepto de manera simplificada, hay que entenderlo en toda su complejidad, y para poder entenderlo hay que saber qué se ha dicho, qué han escrito los autores al respecto para poder elaborar nuevas ideas. Para poder inventar algo nuevo, hay que entender si no a lo viejo, al menos a lo actual porque si existe de una manera es por una razón y hay que entenderla si pretendemos mejorar las cosas porque en esa búsqueda de lo mejor podemos arruinar lo ya bueno. Y el lenguaje sofisticado puede ser muy divertido (siempre y cuando le entiendas) pero llega a un punto de complejidad y abstracción en el que se siente innecesario, superfluo, encajoso, abrumador. Su se puede explicar de manera simple, ¿por qué complicarse? y si se va a complicar, es fundamental partir de los principios básicos e ir definiéndolos uno por uno. No puedes suponer al dar una clase o al escribir un texto, al divulgar conocimiento, no puedes suponer que tu audiencia sabe de qué estás hablando o que leyeron las obras a las que haces referencia. No se deben  hacer suposiciones sobre la cultura personal del público. Se debería de exponer con claridad, definiendo cada aspecto del tema como si se supiese que el público no sabe nada. Todo texto, toda exposición puede ser la introducción de alguien a un tema. Si usas un concepto complejo, lo tienes que poder explicar. Si no puedes, no lo uses porque significa que no lo entiendes. Pero entonces, ¿cómo se transmite un concepto complejo, en toda su complejidad si no recurriendo a un lenguaje sobrecomplicado? Se vuelve complicado además si casa clase deja lecturas de tarea porque por un lado el aprendizaje y el conocimiento se ven enriquecidos con estas lecturas pero tengo un problema fundamental con la tarea. Si la escuela no es lugar para dormir, la casa no es lugar para trabajar.

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