Burradas de la juventud



Hace ya varios años, escuché a José Mujica (expresidente de Uruguay) decir: "No hay ser vivo más estúpido que un hombre joven". En su momento, me pareció hilarante esa frase y sólo por eso la recordé. Hoy, pensando en varias cosas que he hecho a través de los años y viendo las cosas que a veces llegan a hacer algunos de mis amigos, no puedo más que estar de acuerdo con el buen Pepe. Esto no se trata de evidenciar a nadie ni de tirarme al piso para que alguien me recoja. Simplemente se trata de reconocer que uno en su juventud comete muchos errores, imposible no hacerlo. Todo mundo comete errores pero creo que la juventud viene acompañada de cierta arrogancia o egoísmo que te puede cegar completamente a cosas que después resultan evidentes. Claras. Obvias. Y es horrible luego darte cuenta de lo que pudiste y debiste haber hecho. Duele el arrepentimiento, saber que tomaste la decisión incorrecta.

No sé si duele más o si duele menos cuando alguien más te pudo haber detenido de cometer semejante estupidez como aquella en la que estás pensando justo ahora (espero que hayas pensado en alguna estupidez cometida en tu juventud, sino esa frase no tendrá sentido). No se trata de echarle la culpa a alguien más. Pero es inevitable el pensar "¿Cómo no me dijiste que no era buena idea comprar un helado antes de subirnos al metro?" o "¿Cómo no me recordaste que había guardado los boletos del camión en la bolsa de mis pantalones que acabo de echar a lavar?" y es que en su momento, no parece necesario, nunca nos imaginamos lo catastrófico que puede resultar algo hasta que lo vemos desenvolverse frente a nuestros ojos sin gran cosa que se pueda hacer al respecto.

Pero a veces, sólo a veces, sí nos podemos dar cuenta, sobre todo cuando se trata de algo que alguien hace que nos molesta o que nos ofende, sobre todo cuando es alguien que queremos. Hay cosas que sentimos que no se deberían ni de pedir porque la gente lo debería de hacer por iniciativa propia. No debería de pedirle a mis amigos que me inviten a fiestas para que lo hagan, no me deberían de pedir que ayude a lavar los trastes, pero a veces sí nos pasamos de tarugos. Esta entrada no busca justificar a nadie. Tampoco busca pedir perdón. De hecho, no creo que mucha gente vaya a leer esta entrada considerando que mis últimas tres entradas no han pasado los cinco clicks. Esta entrada es más un poco de yo sacando lo que traigo en la cabeza en el momento y tal vez sí una petición o invitación a cualquier persona que la lea, que si me ve a punto de hacer alguna estupidez o más bien, si en algún momento hice algo que les molestara mucho, algo que les hiciera enojar o que les doliera, me lo hagan saber. Puede que los mande a volar como cuando me dijeron que me iba a morir de hambre estudiando historia. Pero al menos me lo habrán dicho. Y no sólo a mí, sino a cualquiera. A veces somos tontos y no nos damos cuenta.

Comentarios

  1. Te quiero, pero si fue muy estúpido de tu parte darle doble enjuague a los boletos.
    Gracias a ti tengo una buena anécdota para recordar y reír.

    ResponderBorrar
  2. No me preguntaron pero aquí va mi Top de burradas en la juventud:

    -Por un buen tiempo creí que era un cactus que no necesitaba agua.

    -Me dormí en una combi y llegue a Cristo Rey.

    -Perdí los boletos dónde yo era protagonista.

    - compre mal un boleto de avión jajaja (con un mes de diferencia)

    -Convencí a mis hermanos a comprar unos esquites de dudosa procedencia. (sale mal).

    ;( procrastinar entre otras cosas, en fin...
    Gracias por esta entrada!

    ResponderBorrar

Publicar un comentario

Entradas populares