Límites
En clase de cálculo, antes de aprender a derivar y a integrar, aprendes sobre límites. A mí, a pesar de tener un gran profesor de cálculo, siempre me parecieron increíblemente aburridos esos límites así que hoy no voy a escribir sobre eso sino sobre otro tipo de límites completamente, porque qué flojera leer una entrada sobre cálculo escrita por alguien a quien no le gusta el cálculo.
No sé si a ustedes también les pasa que escuchan mucho sobre la importancia de poner límites en nuestras relaciones interpersonales, cuando le cuentas a alguien de tus problemas con algunas personas te dicen que pongas límites. Mucha gente cree que esto significa aprender a decir cuando algo te molesta o aprender a decir que no cuando te piden más de lo que tú quieres dar y aunque eso es parte de, no es suficiente. Se ignora la parte más importante: la responsabilidad que tiene uno con su propio límite.
Verán, Google define un límite como "establecer líneas claras para proteger el propio bienestar físico, emocional y mental, comunicando de forma efectiva qué se está dispuesto a aceptar y qué no, para fomentar relaciones saludables y equilibradas. Implica reconocer las propias necesidades, decir "no" o "sí" con autenticidad, sin sentir culpa o miedo al rechazo, y actuar con firmeza para preservar el autocuidado y el respeto propio en todos los ámbitos de la vida". La parte clave ahí es el propósito de un límite: PROTEGER EL PROPIO BIENESTAR.
Si tú limitas el límite a decirle a la otra persona que su conducta te incomoda, o incluso a pedirle que detenga cierto comportamiento, estás dejando tu bienestar en sus manos. Para que un límite sea eficiente tiene que incluir una acción de tu parte. Un límite sin acción, no es un verdadero límite. Puede ser una queja, petición, una orden incluso pero no un límite. En las palabras de un psicólogo de Instagram (@gotitasdepoliamor) que da muy buenos consejos:
"El límite no puede depender de la otra persona porque la idea del límite es cuidarME, y si yo le entrego el poder de cuidarme a otra persona a quien le quiero poner un límite porque no me cuida [...] no tiene sentido"
Entonces ¿Qué sí sería un límite? Alejarte de aquellas cosas que impiden tu bienestar. El límite no es "no me llames". El límite es no contestar las llamadas, apagar el teléfono o incluso bloquear a ese contacto; no se puede quedar en un "no hagas eso" sino en un "si tú haces A, yo haré B". No significa que tengas que terminar una relación si no respetan tu límite.
En general, opino que los límites se deben de comunicar. No siempre. Hay límites que se ponen de manera inmediata cuando te enfrentas a algo que pone en riesgo tu integridad física por ejemplo, pero en general, los problemas se deben de hablar (en este blog consideramos que la buena comunicación es de lo más importante cuando se trata de relacionarte con otras personas). Si recurres al límite antes de hablar, sólo estás evitando el conflicto. El límite, como el nombre lo indica, debe ser la última línea de defensa, una vez que ya trataste de resolver el problema y de plano ya no aguantas más (hay veces que se llega a ese punto bastante rápido).
Hay veces que no es tan fácil poner un límite porque no tienes poder de actuar sobre ciertas situaciones. Realmente no tengo consejos sobre qué hacer en esos casos más allá de desahogarte con alguien y recordar que todo es temporal y lo malo se acaba eventualmente. Trata de no sentirte mal por no poder poner límites enfocándote en otra cosa.
¿Poner límites es difícil? Absolutamente y además, siempre habrá quien te critique por ponerlos. A veces hasta duele, pero es importante ponerlos para cuidarte a ti misme.
Les recomiendo que sigan a ese psicólogo, es muy chido y explica estos temas mejor que yo pero si alguien quiere dejar un comentario por acá, siempre es un gusto leerlos :)
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