Actualización sobre el año sabático

Ya lo saben: me estoy tomando un año sabático antes de entrar a la universidad (sí, la UNAM y sí, historia) para descansar, trabajar, aprender y por supuesto, viajar. En otoño de 2021 fui a Costa Rica, Panamá y Colombia, trabajé en hostales con workaway, hice un montón de amigues, visité lugares padrísimos y en general, me la pasé de pelos. 

Mi plan era regresar a México para pasar Navidad, presentar el examen de admisión de la UNAM en febrero y volverme a lanzar a la aventura desde marzo hasta agosto cuando regresaría para entrar a la carrera si todo salía bien. Ese era el plan pero si algo he aprendido en los últimos años es que los planes cambian. No por nuestra culpa, simplemente la vida te juega chueco a veces. La UNAM me jugó chueco y cambió las fechas del examen de admisión a mayo-junio. Y mis planes se desmoronaron tantito. 

Bueno, realmente solo cambiaron. Ahora viajaría desde febrero hasta mayo y regresaría a México para el examen de admisión. ¿A dónde iría? Pues quería ir a Tailandia, pero por COVID, Tailandia estaba cerrado a turistas. ¿Saben qué país no estaba cerrado al turismo en el sureste asiático? India. 

La mitad de ustedes pensarán "guau, no manches India, qué genial, qué grandiosas experiencias tendrás, vas a ver cosas maravillosas y conocer una cultura completamente diferente" y la otra mitad pensará "¿por qué carambas India?" y es una pregunta válida. Para mucha gente, India está lejos de tener una buena reputación. Así que a esas personas, les respondo: ¿por qué India? Por la comida, por los templos, por los colores de las artesanías y los vestidos tradicionales, porque es un país completamente diferente a todo lo que conozco y porque es un país barato. Y si eso no los convence, deberían de leer la razón por la que decidí ir a Costa Rica. Pero bueno, realmente no los tengo que convencer de nada. Decidí India. Y sí. Desde el principio sabía que no debería ir solo a India.

Si leyeron las entradas del blog sobre mi viaje a Latinoamérica, recordarán que en Panamá conocí a mi amigo David, mismo que me acompañó durante un mes en Colombia. Pues de todos mis amigos y familiares, David era el único que no estaba ocupado trabajando o estudiando y que además podía ir a India conmigo. Lo invité y dijo "jalo".

Ahora... David estaba en Perú y de Perú no hay vuelos directos a India. De México tampoco. Pero si se van a hacer escalas, pues se puede aprovechar para pasear un poquito y conocer otros lugares, ¿no? David vino a México y pasamos diez días paseando por la ciudad. Nos iríamos juntos a España donde pasaríamos diez días conociendo el sur del país y de ahí, iríamos a India. 

El gobierno de India solo estaba otorgando visas de 30 días para turistas. Teniendo solamente 30 días para conocer un país tan inmenso y tan lleno de maravillas, decidí no ir con workaways porque los programas de voluntariado piden estancias mínimas, ninguna menor a una semana y yo sólo tendría cuatro semanas para conocer lo más posible. Ahora. Después de los 30 días en India, todavía me quedaría todo abril para viajar. ¿Qué haría en abril? Pues dependía completamente en las medidas que tomaran los países en cuanto al turismo por el COVID. Podría ser Tailandia si abrían sus puertas, o Nepal o Sri Lanka o Turquía o realmente cualquier país en ese rincón del mundo.

Estoy escribiendo esto en India, me queda una semana antes de que expire mi visa y sé perfectamente a dónde voy a ir después: Egipto. Si alguno de ustedes se pregunta por qué Egipto, pues además de las pirámides egipcias, pues Egipto está abierto a turistas y tiene medidas razonables para viajar en tiempos de pandemia. Además, no hay tantos lugares que ver en Egipto así que ahí sí iré a un workaway en la playa por dos semanas y pasaré otras dos en Cairo. Será un cambio agradable del paso intenso que llevamos David y yo en India.

¿Y después de Egipto? Tengo que estar de regreso en México antes del 5 de mayo por un trámite de la UNAM, entonces no me queda de otra: después de Egipto, regreso a México... Y no me quejo. Como dice mi abuela "sí que me la estoy echando larga". 

Pues ahí tienen el itinerario. En entradas siguientes les iré contando sobre mis aventuras en el otro lado del mundo.



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