Qué sí hacer en Manuel Antonio

Si visitan Costa Rica, es muy probable que quieran ir a Manuel Antonio, o al menos que alguien se los recomiende. Cuando a mí me hablaron de Manuel Antonio por primera vez, fue para hablar del parque nacional en el que tienen un montón de animalitos geniales. Después me enteré que dicho parque está prácticamente en la playa que también se llama Manuel Antonio. Manuel Antonio es pues, no sólo un parque, sino que también es el nombre del pueblo, la playa, la mitad de los restaurantes, hoteles y hostales y de la parada de bus. Y nadie sabe quién fue ese señor. Algunos guías les van a prometer que ellos saben la verdad sobre el origen del nombre Manuel Antonio. "Era mi abuelo" afirman algunos, "Eran dos señores, Manuel y Antonio y ellos fundaron este hostal" dicen otros. Patrañas. Nadie sabe quién fue o quiénes fueron Manuel Antonio.

Todo esto para decirles que vale la pena, si van a visitar Manuel Antonio, dedicarle al menos tres días. Es un lugar que vale la pena. Las playas son espectaculares, el mar tiene un color impresionante y las olas son muy divertidas tanto para nadar como para surfear. Además, hay miles de cosas que pueden hacer en Manuel Antonio: tirolesas, rápidos, tours nocturnos, un restaurante construido dentro de un avión... yo sólo me quedé una noche y me arrepentí de ello porque no pude hacer todo esto.

Fuimos en bus desde San José, mi amigo Miguel y yo. Realmente, yo iba nada más con la idea de quedarnos una noche para poder disfrutar todo el día siguiente en el parque (que cierra a las 4pm) y luego regresarme a San José. Si estuviera más cerca a San José, ni me hubiera molestado en quedarme una noche. Pero llegamos, vimos la playa e inmediatamente pensé que algún día tendría que regresar y quedarme más tiempo. El día que llegamos, fuimos con nuestro amigo, Anthony que se estaba quedando ahí con sus papás, en un Airbnb. Fuimos a la playa, nadamos en el mar, comimos con la familia, todo estuvo genial, la verdad.

Nos quedamos en el hostal Manuel Antonio que es bastante barato (cerca de diez dólares la noche) aunque no muy lujoso pero tampoco chafa ni nada. Tiene alberca, cocina, baños limpios y camas decentes. Y está cerquitita de una tienda, de una panadería, de unas hamburguesas muy buenas y baratas y de la parada de bus, así que de ubicación es muy conveniente. Pero suficiente de eso. Yo fui a Manuel Antonio por el parque y de eso es de lo que les quiero platicar. Vayamos allá pues.

Lo primero que tienen que saber sobre el parque de Manuel Antonio es que es un lugar muy turístico. Hay mucha gente y los animales están acostumbrados a eso, por lo cual no se comportan como lo harían en la naturaleza salvaje. Los changos hasta se acercan a la gente para pedirles comida. NO ALIMENTEN A LOS ANIMALES SALVAJES. Habiendo dicho eso, si quieren ver changos muy de cerca, como yo quería (después del incidente del celular y el de Poás, yo ya no quería tanta aventura si no algo más tranqui), es el lugar ideal. En la entrada del parque se les van a acercar guías ofreciéndoles tours o visitas guiadas. Valen la pena. Sin guías, es mucho más difícil ver más que lagartijas y monos. Con guía, es garantía que van a ver perezosos, ranas, venados, reptiles variados, más variedad de monos, etc. y con un telescopio que permite visualizarlos mejor. Los guías son muy amables y toman fotos muy padres. Miguel y yo contratamos el guía con apodo "El Gallo" o "Rooster" y nos fue muy bien. Pagamos por el tour grupal pero no llegó nadie más así que nuestro tour fue prácticamente privado.

Los boletos se compran en línea y te los piden a la entrada. Tienen casilleros donde pueden dejar sus pertenencias pero no tienen candados. Yo dejé mi mochila (a recomendación de Rooster) con la señorita de los cocos (aquí al agua de coco, le dicen agua de pipa) que estaba también en la entrada (es una entrada larga, ¿okey?) y le dije que si me lo cuidaba, le iba a comprar dos aguas de coco saliendo. Recomendación: LLEVEN AGUA, TRAJE DE BAÑO, TOALLA Y CÁMARA al parque. Todo lo demás, no lo lleven. Sólo les va a estorbar. No pueden meter comida tampoco. Pero bueno. Continuemos.

El parque está padrísimo. Aún sin los animales, es una caminata en una selva espectacular que termina en una playa con una vista hermosa y con mar en el que recomiendo nadar un rato. Por otro lado, si le quitas todo eso y nada más dejas a los animales, también vale la pena. Ahora junten ambas cosas. Está muy cool, aunque debo admitir, un tanto costoso. Si van a Costa Rica, no es para viajar barato, déjenme les digo. El boleto solito para Manuel Antonio, cuesta 17 dólares. Pero repito: vale la pena. Al final de nuestra visita, la señora me devolvió mi mochila con todas mis pertenencias y yo le compré dos cocos. Te los venden con un agujero suficientemente grande para meter una cuchara y comerte la carne. Los guardan en una hielera para que el agua esté fría. Y por mil colones más, le ponen tantito ron, le llaman un Coco Loco. Después de una larga caminata, un agua de coco fría con tantito ron es de lo mejor que pueden pedir. Y el coco estaba suave además, así que me lo comí todito. Si compran uno, cómprenselo a la señora de la entrada y no a los morritos de la playa, porque esos les van a cobrar precios exorbitantes.

Después del parque, tomamos un bus al hostal, más que nada para probar esas hamburguesas que Miguel declaró las mejores de Costa Rica (hasta se comió dos el animal) y luego otro bus a la terminal en Quepos (digamos, lo más cercano que hay a una ciudad en Manuel Antonio) y de ahí un camión a San José. Todo cool. Todo tranquilo. Todo bien. Los changos y los perezosos me hicieron muy feliz.

















































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